Juventudes en Chile: miradas de jóvenes que investigan [volumen 2]

258 – juventudes en Chile: miradas de jóvenes que investigan. volumen 2 Igual es harta presión tanto psicológica como de tu familia. Porque mi mamá, por ejemplo, está estudiando un doctorado y me pide que saque buen puntaje para becarme y no tener que pagar tanta plata. Y eso significa tanta presión académica, tengo que gastar muchas veces tiempo que no tengo en mi casa estudiando, a veces tengo que evitar compromisos y muchas cosas así, entonces se pierde un poco la vida personal también. Finalmente, sí, uno solo se enfoca a vivir en el futuro y no tanto vivir el presente. (Varón, Santiago) Con respecto a las máximas o elementos macrosociales, destaco dos líneas de fuerza que constituyen, modelando, los hábitos de esta relación generacional. En la primera trama está la a) imbricación entre sistema educativo y el sistema laboral-distributivo: considerando la impronta de un capital que deviene huma- no y, por ende, objeto de cálculo y proyección (Schultz, 1962; Foucault, 2007). Las familias de esta composición social invierten—comprensiblemente—en los y las descendientes sus capitales acumulados en su historia y biografía; especí- ficamente se inyecta este excedente a modo de capital cultural-educativo para sus hijos/as, invirtiendo directamente su capital social-económico con distin- tos cálculos y variables que construyen una ecuación “futuro de los hijos/hijas es igual a la suma de elección de colegios, actividades extraprogramáticas, redes y amistades, etcétera”. En esa línea, se inscribe una serie de procedimientos aplicados en el cuerpo social y en la trayectoria de los y las jóvenes, que tiene como objetivo en sí mismo que los padres y madres no solo aseguren la reproducción social de su estrato, sino también devengan ellos y ellas personas ejemplares, con la idea de preocu- pación y espíritu de responsabilidad por y para sus hijos/as (Lipovetsky, 2007). Padres y madres posicionadas en una estructura laboral privilegiada en relación con el resto de la población asalariada disponen de mayor posesión y capacidad de inversión económica en función del bienestar de su propia subjetividad, fa- milia y entorno. En este sentido, la multiplicidad de colegios privados (con especificidades y programas propios, o lo que es lo mismo, una oferta para cada necesidad e interés) configuran, en la mayoría de los casos, un dispositivo que se imbrica con los deseos y voluntades de los padres, en cuanto a calidad educativa, vínculos y redes sociales, prestigio y religiosidad; es decir, por consecuencia lógica, estos jóvenes tendrán dos ventajas heredadas: ingresarán a un sistema educativo ter- ciario de mejor bonanza y calidad que a los que pueden acceder jóvenes de otros estratos, o, como alternativa, estarán mejor posicionados y envestidos de mejores

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