Juventudes en Chile: miradas de jóvenes que investigan [volumen 2]
Trastrocaciones adultocéntricas y criterios políticos para la igualdad generacional – 23 deja de contener lo que trae, es vaciada en sus contenidos inmanentes, para ser reconstruida ahora como una naturalización que nos señala que la desigualdad es lo propiamente humano. Como esencia, no puede ser modificada, como en toda naturalización, lo fatal es complemento perfecto. Cualquier intento en la dirección contraria carece de pertinencia y de posibilidad de concreción. Como señalé, este mecanismo de trastrocar la diferencia en desigualdad es constituyente de las sociedades y culturas occidentales (Hinkelammert, 1998). Está en sus raíces y ha permitido fundamentar matanzas, conquistas, invasiones y, en la actualidad, penalizaciones de protestas y persecución para quienes quie- ren relevar su diferencia como eje identitario que otorga visibilidad y humanidad (poblaciones diversas sexualmente, poblaciones con discapacidad física, pueblos originarios, subculturas juveniles, entre otros). Lo que se construye es un mundo de egoísmo, sin colaboración y con en- cuentros simulados. Cada individuo busca su propio bienestar, sin considerar el de otros y otras, más bien les concibe como instrumentos de sus propósitos y como posibles enemigos en esa búsqueda. La cooperación no aparece como esti- lo, sino como un problema y un riesgo que obliga a hacer con otros(as). Desde la socialización primaria se aprende a simular, a fingir y a aparentar sociabilidades que a ratos son honestas, pero que, en el contexto de individualismo señalado, tienen corta duración y bajo impacto, su intensidad es inhibida por este otro mandato societal que apunta a salvarse desde lo propio sin otros(as). Concibo así que, por inercial, mucha de la institucionalización de las relaciones sociales ampara este tipo de vinculaciones humanas que terminan siendo guiadas por la obligatoriedad más que por la opción desde la necesidad que tenemos de colec- tividad y humanidad construida colaborativamente. La racionalidad occidental anclada en mecanismos de polarización asimétri- ca (disyunción sin totalidad), en reducciones homogenizantes y universalistas, y en visiones unidimensionales de lo social, estimulan y dan soporte a la trastroca- ción de la diferencia en desigualdad, en su constitución como amenaza y peligro para la construcción de sociedad y de cultura. 2. Discriminación y tolerancia como modos de relación social A partir del tratamiento que en sociedad hacemos de la existencia de diferen- cias entre personas, constato que como respuestas posibles al menos surgen dos que son de interés en esta reflexión: discriminaciones y tolerancias. Ambas como parte de un repertorio antiguo y que se actualiza en lo contemporáneo, que pre-
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