Juventudes en Chile: miradas de jóvenes que investigan [volumen 2]

256 – juventudes en Chile: miradas de jóvenes que investigan. volumen 2 y en el mismo cauce, se despliegan las disposiciones de “libertad” (derecho a ele- gir) por parte de la gestión de los mundos adultos. Por último, en esta trama se desenvuelve el valor del “esfuerzo”, es decir, el empleo de agentes costosos (desde tiempo, dinero, autoprohibiciones, etc.) que facilitan la constancia y dedicación absoluta en las tareas que se proponen las y los jóvenes en su futuro. Dicha máxi- ma funciona como garante de un éxito social, de carácter individual, que tendría como efecto la mantención de su estatus social o el aumento potencial de sus capitales heredados: Entonces tenemos que esforzarnos aún más, porque yo creo que la idea es cómo superar a nuestros padres o mantener el mismo estilo de vida que llevan, enton- ces, es como más difícil para nosotros en ese sentido, creo. (Hombre, privado, Santiago) 2. Algunas expectativas familiares. Materiales para indagar en las construcciones adultas Ahora bien, con respecto a las expectativas , las comprendo en clave de las posibi- lidades o metas que se visualizan para los y las jóvenes en su posible devenir fuera de la enseñanza media, como el llamado que se hace desde la misma sociedad a la que pertenecen, en específico desde los discursos y acciones de los mundos adul- tos de índole familiar junto con las potencialidades de los dispositivos educacio- nales privados ubicados en relaciones estructurales sociohistóricas favorecidas y, por extensión, en las capilaridades simbólicas reconocidas por el resto del cuerpo social. En este sentido, del ensamblaje familia-escuela, pondré énfasis particular en cada cual, aunque en la reflexión final me enfocaré en la última, pues es una institución pionera en el traspaso no solo de capitales incorporados, sino tam- bién de una completa matriz de determinadas sanciones y valoraciones. En el caso de los discursos de los y las jóvenes de colegios privados o parti- culares pagados, puedo observar que se hacen referencias a las expectativas del mundo adulto más en forma de narraciones de diversas experiencias familiares que enunciados directos o mandatos explícitos. En este sentido, asumo que las expectativas existen, pero en una lógica sombría. Insertos delicadamente en las narraciones, entiendo que dichas trazas de expectativas no son un llamado ma- nifiesto, en sentido de una prescripción. En efecto, las narraciones que presentan mayor presencia del “llamado familiar” se observan por sus afectos, nombrados

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