Juventudes en Chile: miradas de jóvenes que investigan [volumen 2]

Algunos materiales para observar relaciones generacionales en el Chile neoliberal – 253 como que desevolucione mucho el país y también como que es una sociedad muy tradicional, como que hay como ciertos pasos a seguir. (Mujer, Santiago) El mundo del trabajo (por ende, ensamblaje político-económico) activa no tanto un malestar individual como el despliegue de estrategias que tienen como fin el saber amoldarse o acomodarse dentro de este juego o circuito del que, al parecer, no es posible desprender o prescindir de aquel: Porque si lo pensái bien, dos semanas de vacaciones para uno que trabaja todo el año de 7 a 9 de la noche, es nada, y todo el mundo trabaja así, no solamente el que se esfuerza más, sino que todos, los obreros de la construcción, el ingeniero, el gerente, todos trabajan así, de 7 a 9 (pm), entonces yo siento que vamos a en- trar a eso, que es un círculo que no vai a poder parar. (Mujer, Santiago) b) Ahora, en una segunda trama puedo observar que las máximas se desprenden de la acumulación de prácticas y creencias en el orden de los vínculos y filiaciones familiares. Con esto no quiero hacer entender que existe—solo—una simple re- producción del mandato familiar, sino que intento hilar más fino para compren- der la presencia de una vehiculización de valores de vieja usanza (y no por eso menos actuales) disfrazados de “espontaneidad”, sin embargo, con un invaluable peso histórico, a modo de un infra-poder instituyente, pero ejercido por esta so- ciedad instituida (Castoriadis, 2005); por ende, los entiendo como motores de carácter transgeneracional. En efecto, en esta trama comprendo la vinculación de tres hilos nominativos: la felicidad , el relato familiar, la religiosidad. Estos, a su vez, se deben leer evitando la comprensión paralela o por separado, por el con- trario, aquellos van apoyándose e imbricándose unos con otros; la maquinación de un telar de fondo. Cuando mis papás era más jóvenes […] mi papá tenía, estaba con dos pegas, mi papá era ingeniero en lo que está ahora, pero también por otro lado era paracai- dista, entonces yo veo las fotos de antes y lo veo sonriente, veo videos que está alegre total y yo como que no lo reconozco, porque pasó que cuando yo tenía dos años más o menos, a mis abuelos les quitaron la casa por el banco, entonces se tuvo que poner a pagar dos hipotecas, la de nosotros y la de mi abuelo para que pudieran seguir viviendo; se tuvo que salir de la pega de paracaidista que lo hacía feliz y se tuvo que meter a la pega concreta que tiene ahora, para ganar más plata para poder pagar las dos casas, desde ese momento a mi papá casi no lo veo en la semana (…) (Varón, Santiago)

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