Juventudes en Chile: miradas de jóvenes que investigan [volumen 2]

22 – juventudes en Chile: miradas de jóvenes que investigan. volumen 2 muerte de lo que recuerda la debilidad, en este caso, de lo femenino o de lo ho- mosexual por feminizado. Constituye lo abyecto de la construcción identitaria masculina heteronormada (Fuller, 2002). La diferencia con ese otro u otra revela mis carencias, mis debilidades, aque- llo que me falta o lo que me sobra, no por abundancia sino por imperfección. Por eso, se requiere deshacer dicha diferencia, reducirla a mínima o nula expresión, no darle posibilidades. Su muerte aparece como una alternativa. Otro de sus efectos es considerar lo propio como exclusivo y excluyente. Una de las expresiones de los procesos de individualismo en contexto capitalista — como condensación del logro personal, del éxito y del “sálvese quien pueda” (Moulian, 1997)—, es asumir las pertenencias personales —ya sea cuestiones del orden material como cuestiones simbólicas—, como propiedades únicas que otorgan capacidades y posibilidades que ubican en posiciones de control sobre otros y otras. Estas capacidades, en lo simbólico, por ejemplo, referido a carac- terísticas de tipo identitarias, suponen el establecimiento de lo propio como su- perior, otorgando automáticamente posibilidades de decisión y control sobre los demás. Ya sea en lo individual como en lo colectivo se establecen atributos de identidad que permiten y justifican relaciones sociales homofóbicas, xenófobas, racistas, adultocéntricas, entre otras. De esta forma, se transforma lo propio en excluyente, ya que, en coherencia con los procesos de construcción de identidad grupal, por ejemplo, se establecen puntos de unidad hacia dentro de lo grupal por semejanzas y se definen por dife- renciación puntos de distancia e incluso contradicción con lo exterior diferente. En ese sentido, lo propio—ser y pertenecer a determinado grupo—, en este con- texto de exacerbación del individualismo, como señalamos, se constituye en una condición de exclusión de quienes portan lo que es definido como diferencia. Por ejemplo, las prácticas de violencias en poblaciones jóvenes se pueden comprender desde esta clave analítica, por cuanto uno de sus ejes que la originan es la exacerbación de lo propio como exclusivo y a la vez como excluyentes de lo que otros diferentes portan. La lucha por dominios territoriales en los barrios empobrecidos y medios en Chile posee ese componente relacional. El otro y la otra, como posibles enemigos(as), condensan ambos efectos: lo problemático que significa reconocerse diferentes y la necesidad de establecerse en lo propio como aquello que otorga la distancia y superioridad necesaria en las relaciones sociales. De esta manera, la diferencia, como característica constitutiva de lo huma- no, ha sido trastrocada en desigualdad. Aquello que es inherente al ser humano se ha puesto como una condición relacional invertida en sus sentidos, por lo que

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=