Juventudes en Chile: miradas de jóvenes que investigan [volumen 2]

Hacerse varón en liceos municipales – 219 El proceso de homosocialización que se desarrolla en el liceo viene a ratificar el orden social. Permite que las pruebas de la masculinidad, requisito fundamen- tal del proceso de hacerse varón, se desarrollen a través de la puesta en público de los cuerpos heteronormados que le dan vida. La frontera de la masculinidad he- gemónica es todo aquello que lo feminice, en tanto ubicación de desvalorización en las relaciones sociales. Por ende, desarrolla prácticas homofóbicas de rechazo a todo aquello que cuestiona su poder de dominio. Los varones son fundamenta- les en forjar los cuerpos de otros varones, en tanto los encuentros que posibilita la sociedad de la cual son parte les permiten desarrollar recursos pedagógicos para sostener la idea de que la masculinidad se construye en oposición a lo femenino y a todas las expresiones de lo masculino con menos poder. En otras palabras, la masculinidad, para los varones, es un crédito que permite desenvolverse contra todos aquellos sujetos que han sido minusvalorados. Por su parte, los cuerpos juveniles, junto con responder a la norma social heterosexual, requieren de una fuerza social y simbólica que haga de su posi- ción, una construcción sólida que comunique a los demás que se es un varón de verdad. Además, la construcción de los cuerpos juveniles poderosos permite desplegar el poder de dominio que se ha ido acumulando en el proceso de ha- cerse varón en el liceo, es decir, habilita a los varones en situaciones concretas de su experiencia escolar, a relacionarse desde su posición de sujeto privilegiado en las relaciones sociales. El modelo hegemónico de ser varón ha sido naturalizado como el contenido de la masculinidad. El uso de la violencia para resolver con- flictos, la cosificación de estos cuerpos y objetivación de lo femenino, son rasgos que fortalecen el poderío de los cuerpos masculinos. El orden de género del liceo requiere de sujetos concretos que reproduzcan sus valores, la relación pedagógica desde el currículo y la docencia vienen a re- forzar estas condiciones, en tanto su accionar se ancla en saberes que potencian lo masculino y lo adulto como aquello que merece ser aprendido, comunicado y potenciado. Así, las instancias educativas de homosocialización masculina indican que, en el proceso de hacerse varón en el liceo, la heteronormatividad de género y la construcción de cuerpos juveniles poderosos constituyen dos referentes para el proceso de homosocialización, en el cual se desarrollan procesos socioeducati- vos que enseñan sobre hombría a varones jóvenes. La figura de los otros varones es clave para comprender las masculinidades, ya que la colectividad masculina aporta ciertas condiciones de confianza social para hacerse varón en sociedad.

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=