Juventudes en Chile: miradas de jóvenes que investigan [volumen 2]
Hacerse varón en liceos municipales – 215 En otras palabras, el liceo condensa los conflictos sociales de la sociedad a la cual pertenece, anuncia sus limitantes y potencialidades transformadoras, mues- tra las luchas que apuestan por la historización como herramienta de los colec- tivos por comprender y transformar sus condiciones de vida, así como las pos- turas ancladas en la naturalización, fatalismo y la desmovilización de lo social. Gallardo (2004), al respecto, señala que las relaciones asimétricas pueden darse en diferentes campos; en economía, explotadores y explotados; en la sociedad, opulentos y pobres; desde el lente racial, blancos y afroamericanos o indígenas; generacionalmente, mayores y menores; y desde el género, sobrevaloración de lo masculino en desmedro de lo femenino; relaciones que permiten observar que en las sociedades latinoamericanas se constituyen y reproducen diversas asime- trías que se potencian en clave de dominación. Si el liceo condensa la conflictividad social, se hace necesario reconocer que la construcción del proceso de homosocialización patriarcal tributa a través de las masculinidades hegemónicas, al ordenamiento de espacios e instancias socia- les mediante los cuerpos juveniles heteronormados y poderosos, como guardia- nes de una organización social que promete un conjunto de privilegios sociales para quienes reproduzcan el mensaje social que conlleva. Segato (2016) señala que el proceso de desvalorización de lo femenino, de las mujeres y de todo lo que se pueda minusvalorizar, construye alteridades y anomalías en relación con el universal masculino en la imaginación colectiva, es decir, en el conjunto de re- pertorios que están a disposición de la sociedad para pensar y articular formas de trato. El idioma político del sistema de dominación radica en un proceso de dis- ciplinamiento pedagógico, que usa las violencias sociales como imposición hacia quienes habitan los márgenes de la política. La autora plantea que las relaciones sociales que se construyen desde el patriarcado son una pista para observar la sociedad en la cual vivimos: Desmontar la minorización del tema de la mujer equivale a aceptar que, si enten- diéramos las formas de la crueldad misógina del presente, no solamente enten- deríamos lo que está pasando con nosotras las mujeres y todos aquellos que se colocan en la posición femenina, disidente y otra del patriarcado, sino que tam- bién entenderíamos lo que le está pasando a toda la sociedad. (Segato, 2016: 98) Lo situacional que expresa la convivencia en el liceo, observado desde las relaciones sociales que posibilitan que varones jóvenes se hagan hombres en so- ciedades patriarcales y adultocéntricas en contexto educativos, da cuenta de la condensación de procesos sociales, políticos, económicos y culturales que ope-
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