Juventudes en Chile: miradas de jóvenes que investigan [volumen 2]
Hacerse varón en liceos municipales – 205 sus cuerpos, formar discursos sobre lo que hacen los varones en la sociedad y construir imaginarios sobre las relaciones sociales de género (Castoriadis, 2010). La socialización escolar, al no considerar este asunto como una cuestión educati- va, favorece que el tratamiento social de la diferencia produzca un abordaje que construye desigualdad, ya que renuncia reflexionar sobre este fenómeno en su cotidianidad educativa, entregando la formación al currículo oculto de género (Torres, 1998). Este proceso de aprendizaje de género en el liceo, lejos de estar inscrito como una cuestión que se da al interior de sus muros, más bien se desarrolla a través de un ir y venir entre las situaciones que los estudiantes vivencian en su proceso educativo. Es decir, los aprendizajes de masculinidad desarrollan una continui- dad entre lo que pasa el fin de semana en los territorios, por ejemplo, a través de la práctica del fútbol, también a través del encuentro de juegos tecnológicos y salidas a compartir alimentos. Todas estas instancias convocan a los varones, los reúnen en un encuentro social donde homosocializan, en lo que se podría plantear como redes de masculinidades, las cuales muestran la relación entre los procesos que ocurren dentro y fuera del liceo: A veces con los compañeros pedimos plata y vamos todos a comer a otras partes, por ejemplo, fuimos cuando salimos pa’ las vacaciones de invierno y después fuimos cuando entramos y después fuimos hartas veces y hablábamos sobre qué íbamos a hacer pa’ las vacaciones, lo pasamos bien con los cabros. (Felipe, pri- mero medio) Es que, a principios de año, a mí me habían regalado una pelota po’, porque acá hay canchas y ahí jugamos en los recreos. Pero yo no juego tanto con ellos por- que ahora voy a jugar, allá, los fines de semana y me encuentro con los mismos de acá y conversamos de cómo estuvieron los partidos, cosas así hablamos. (Eric, primero medio) Nos juntamos fuera del liceo a jugar juego en línea con los celulares. Vamos pa- sando por la casa de cada uno cuando se puede. (Antonio, primero medio) El proceso de homosocialización en sí mismo guarda una interesante po- tencialidad transformadora, si es considerado como una instancia educativa de género por el liceo. Por el contrario, si e aprendizaje de las masculinidades es de- jado a la sociedad patriarcal y adultocéntrica en la cual vivimos, las posibilidades de que se fortalezcan los sistemas de dominación son considerables:
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