Juventudes en Chile: miradas de jóvenes que investigan [volumen 2]

202 – juventudes en Chile: miradas de jóvenes que investigan. volumen 2 de manera naturalizada se transmite de forma cotidiana, invisible y sostenida en el desarrollo de modelos de masculinidades que se despliegan en la base de estruc- turas del patriarcado. A pesar de la flexibilización de los roles de género, la organi- zación social de las ideologías patriarcales continúa siendo parte del aprendizaje para los jóvenes varones, proyectándose hacia otras generaciones, las que desde su actuación, les permiten estar vigente en la cultura, moldeándose y acomodándose a las posibles tensiones que le puedan corroer (Zúñiga, 2016: 143). El proceso de socialización de género en el liceo desde los varones muestra cómo el encuentro con otros varones es fundamental para los aprendizajes de masculinidades, ya que estos posibilitan leer en sujetos concretos y situaciones co- tidianas, todo aquello que es permitido y prohibido en su cultura para el ejercicio de las masculinidades. Los valores y saberes que se aprenden en estos encuentros masculinos tienden a estar alojados en construcciones hegemónicas de masculini- dad, donde la figura de los mayores es clave en el proceso de transmisión del anda- miaje que sostiene el proceso de hacerse varón con otros, ya que estos comunican el lugar de la masculinidad en la sociedad, sus posibilidades materiales, simbólicas y las limitaciones de dicha construcción genérica (Madrigal, 2009b). La homosocialización podría ser definida como un proceso educativo en el cual los varones enseñan y aprenden sobre masculinidades a otros varones y a sí mismos sobre relaciones de poder, encuentros sociales, tratamiento de la diferen- cia, resolución de conflictos, satisfacción de sus necesidades, entre otras dimen- siones. Es una instancia común en la cultura, el encuentro con otros, en donde se comunica la posición social de la masculinidad en la organización social, sexual y generacional de la sociedad. Lo que se aprenden en este proceso educa en deter- minados valores que articulan la convivencia social y el encuentro de los varones con las mujeres, con otros varones, consigo mismos y con el medio social. Este proceso de homosocialización, al estar situado desde las masculinidades hegemónicas, construye determinados mandatos para quienes requieren probar- se y probar sus identidades como varón. Una de sus expresiones recae en los cuer- pos juveniles, los cuales deben cumplir el mandato de la heterosexualidad como única posibilidad. Al respecto, se puede constatar cómo los varones jóvenes del liceo construyen estos mandatos de género en sus relaciones intergeneracionales: Por ejemplo, mi abuelo, yo me quiero dejar el pelo largo, pero ellos no quieren porque son como que el hombre tiene que tener el pelo corto y las mujeres el pelo largo. (Carlos, primero medio)

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