Juventudes en Chile: miradas de jóvenes que investigan [volumen 2]

168 – juventudes en Chile: miradas de jóvenes que investigan. volumen 2 (Sobre la dinámica de “creerse malo” y hacerse el duro) (…) al final son todos iguales, todos tienen sus dramas (pausa) es como una escafandra su imagen. (Germán) Existe una postura, entonces, que se distancia del discurso hegemónico de la masculinidad y sus consecuencias en las relaciones de homosocialización. El tra- to de hombre y las ideas que lo sostienen conviven en un campo con otro discurso que al menos no lo considera legítimo. Ahora bien, es cierto que este último tiene un carácter emergente y no es compartido por el general de los estudiantes, sin embargo, posee relevancia política, ya que en estos posicionamientos que se distancian de ciertos supuestos de la masculinidad hegemónica, se hallan las ba- ses desde donde pueden comenzar procesos de transformación, ya que se trataría de nuevas maneras de significar(se) y actualizar(se) la manera en que se vinculan con otros varones en tanto varones. Diversos autores (Flecha, Puigvert y Ríos, 2013; Lorente 2009; Romero, 2017, entre otros) estudiaron las contradicciones y diversos rumbos que pue- den tomar quienes no caen directamente en la definición tradicional de mas- culinidad hegemónica. Para Felcha, Puigvert y Ríos (2013), hay masculinidades tradicionales no directamente violentas que operan manteniendo y reforzando la masculinidad hegemónica. Para Lorente (2009), muchas veces ocurre que el cambio de los varones opera bajo la lógica de cambiar aspectos superficiales que no alteran las lógicas del poder. Por su parte, para Romero (2017) es preferible hablar de masculinidades en transición, ya que, al ser los varones socializados bajo marcos normativos patriarcales, no se podrían superar dichos patrones de manera radical, sino solo lenta y sostenidamente según vayan ocurriendo ciertos sucesos en la experiencia social de los sujetos. 2. Sobre la demostración de afecto Puesto que la identidad masculina se construye en diferenciación, oposición y subordinación de lo “femenino” (Bourdieu, 1998; Connell, 1997; Fuller, 2001; Kimmel, 1997; Kaufman, 1995), quien quiera portar el cartel de hombre debe por sobre todo evitar correr el peligro de ser asociado con lo femenino. De ahí que el trato de hombres se desarrolle entre los jóvenes como una característica fundamental de sus relaciones. Una de las maneras de evitar correr este riesgo es reprimir las emociones, sobre todo aquellas consideradas femeninas (Kaufman, 1995). Las demostraciones de cariño y afecto entre varones son habitualmente

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