Juventudes en Chile: miradas de jóvenes que investigan [volumen 2]

Paternidades en tensión – 153 No porque soy papá, soy hombre. (Wladimir, 24 años, chofer municipalidad) Yo me siento hombre igual, haya sido o no papá, yo creo que ser papá no te influ- ye a ser más o menos hombre. (Marcelo, 25 años, recolector de basura) Idea que se refuerza al depositar exclusivamente en las mujeres la propiedad de los hij@s, los cuales son simbolizados como un regalo de ellas a los varones. En este sentido, son ellas las encargadas, los hij@s le pertenecen en calidad de mujeres reproductoras, convirtiéndose en las únicas con la posibilidad de dar vida. Se entiende como una demostración de amor de las mujeres hacia sus pare- jas, enfatizando su rol reproductivo. Es como el cariño que te dan, yo lo he visto en varios casos, esta mina me quiere porque me ha dado tres hijos, cuatro hijos. (Wladimir, 24 años, chofer munici- palidad) 3.3 Modificaciones y tensiones En la actualidad, el lugar del padre al interior de la familia, en su dimensión institucional, y el significado de la paternidad se encuentran en un momento de reordenamiento. Los cambios experimentados han sido un proceso gradual, pero no han alcanzado la profundidad suficiente para generar o alcanzar a cubrir todos los aspectos cotidianos de la crianza y cuidado de los hij@(s). Los Derechos Humanos, al colonizar la vida privada, van transformando las relaciones que se establecen entre sus miembros. Uno de sus mayores desafíos ha sido impulsar relaciones más democráticas en este espacio, tarea que no logra concretarse con la rapidez que se requiere. Ha sido un proceso paulatino y no uniforme en el que termina imponiéndose el peso de la costumbre, quedando aún pendiente la participación activa del padre en la vida familiar-doméstica en algunos sectores sociales. Las actuales demandas de mayor cercanía y participa- ción en la paternidad se oponen a la forma en que la esfera pública está estruc- turada, en la medida que limita las posibilidades de competencia en ese espacio, que es donde mayor reconocimiento obtienen (Valdés, 2007). Estas exigencias de mayor participación no solo obedecen a demandas por mayor igualdad entre los sexos, además se relacionan con el reconocimiento de los niñ@s como sujetos de derechos, provocando cambios profundos en las estructuras de parentesco, que tienden a favorecer el vínculo filial por sobre el conyugal. Esto da lugar a nuevas representaciones de la paternidad, pues ya no es extraño ver a padres jugando con los hijos en la plaza, llevándolos al médico,

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