Juventudes en Chile: miradas de jóvenes que investigan [volumen 2]

146 – juventudes en Chile: miradas de jóvenes que investigan. volumen 2 mujeres como sacrificio, abnegación, virginidad, pureza, espiritualidad, silencio, acatamiento de la voluntad paterna, otorgándole un fuerte sentido de identidad. Instalándose en el inconsciente colectivo, presentándose como un patrón cultural ordenador, que las mujeres tendían a replicar y los varones a esperar de ellas. Si bien el mito mariano fue un referente importante de la femineidad en el espacio latinoamericano, es un dispositivo que ha presentado ciertas modifica- ciones durante los últimos años, influenciado por cambios culturales, sociales y principalmente económicos (Fuller, 1995). Una de sus máximas expresiones es la maternidad, aspecto que más ha cam- biado en la vida de las mujeres, los métodos anticonceptivos, menor número de hijos, mayor esperanza de vida —por tanto, menor tiempo dedicado a la crian- za— han contribuido a este propósito. Sin embargo, no logran cercenar la im- portancia que esta tiene en la construcción de la identidad femenina. Los elementos que conforman esta construcción identitaria genérica están en un proceso de redefinición, el trabajo, los estudios, la participación política, les otorga otras fuentes de identificación y reconocimiento. Para un número im- portante de ellas, la maternidad ya no es lo único que ordena y da sentido a sus vidas, aunque en muchas ocasiones difícilmente pueden conciliar los roles que conllevan estos nuevos elementos (Fuller, 2001). Esta realidad no es uniforme para todas, pues las posibilidades de acceder a la esfera pública a través del trabajo remunerado no se dan de igual manera en los distintos grupos sociales. Existen diferencias importantes que se relacionan con la clase social. Las mujeres pertenecientes a sectores de menores ingresos partici- pan menos en el mercado laboral, en comparación con los segmentos de mayores ingresos. Específicamente, un 26% del quintil de ingresos más bajo participa en el mercado de trabajo, en comparación con un 57% de aquellas pertenecientes al quintil más alto (Diagnóstico de género-Sernam, 2007). Esto se puede explicar por diversos factores, organización de la estructura familiar que las cautivan en el espacio doméstico-familiar, basado en valores tradicionales de género. También a las escasas posibilidades de delegar el cuidado de los niñ@(s) a otras instan- cias de su confianza, al respecto, Castells (2000) señala que este aspecto es un problema para las familias, especialmente para las mujeres con menos ingresos, a quienes les resulta imposible pagar por su cuidado, enfrentándose a la elección de delegar y separarse de ell@s o renunciar al trabajo. Las escasas oportunidades conducen socialmente a las mujeres al universo de lo reproductivo, según plantea Fuller (2001), ser madres confiere a las mujeres el estatus de adultas sociales y es la fuente de reconocimiento público más impor- tante para ellas. El sistema social perpetúa la maternidad en este grupo particular

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