Juventudes en Chile: miradas de jóvenes que investigan [volumen 2]

Paternidades en tensión – 143 nicar su mirada, rescatando el valor subjetivo de su experiencia paternal. 1. Sistema neoliberal en Chile Los elementos del contexto actual se distinguen por una brecha cada vez am- plia entre los sectores de mayores y menores ingresos. Según datos entregados en el último informe realizado por la ocde en el año 2017, Chile alcanza un coeficiente Gini de 0,47%, posicionándolo entre los países con peor distribución de la riqueza a nivel mundial y en el país más desigual de los que integran este organismo. El patrón de la desigualdad, según sostiene Torche (2005), se caracteriza por la concentración de los recursos económicos en la cúspide de la estructura social chilena. Precisan que “la participación en el ingreso personal total es extraordi- naria alta, llegando a más del 30% para el 1% más rico, 17% para el 0,1% más rico y más de 10% para 0.01% más rico en promedio durante el 2004-2010” (López, Figueroa y Gutiérrez, 2013: 28). Bajo la cúspide de la estructura social, la población chilena solo cuenta con sus trabajos para generar ingresos. Según información del ine (2018), durante el año el 2017 el ingreso medio fue de $554.493, sin embargo, si se consideran otras estimaciones, como el ingreso mediano, el 70% de l@s trabajador@s tienen in- gresos inferiores a ese promedio (Durán y Kremerman, 2017). Los bajos salarios que percibe gran parte de la población no alcanzan a cubrir las necesidades fami- liares o de consumo, o los altos niveles de exigencias económicas que impone el sector privado, al tratar de acceder a entidades de educación superior o de salud cuando se requiere por el padecimiento de enfermedades graves con tratamien- tos no garantizados por ley. Lo anterior obliga a las personas a endeudarse para llegar a fin de mes y cumplir con los compromisos adquiridos, convirtiéndose en ocasiones en una forma de sobrevivencia, como señala Pérez (2017). Esta alta concentración de la riqueza sitúa a estos grupos minoritarios en un lugar de ejercicio de dominio en oposición a los grupos de menores ingresos situados en una posición de sumisión. Las fuerzas con que cada uno de ellos se mueve en este espacio global o en los espacios regionales es siempre resultado de lo que se tiene, por sobre lo que se es. Es decir, la posición social que se posea o se imponga otorgará mayor o menor capacidad para controlar sus acciones y sus relaciones sociohistóricas (Duarte, 2000). En ese contexto, el Estado disminuye considerablemente su función de bien- estar, orientándose hacia políticas de focalización de alta precisión para eliminar