Juventudes en Chile: miradas de jóvenes que investigan [volumen 2]
132 – juventudes en Chile: miradas de jóvenes que investigan. volumen 2 za la idea de normalidad y anormalidad y, junto con ella, reproduce la desigual- dad de privilegios . 3.4. Toma de decisiones y disputa de poder: la educación no siempre es suficiente Muchos de los establecimientos educacionales que se mostraron receptivos a in- tegrar y respetar la identidad de género de algune de sus estudiantes incurrieron en situaciones que develaron que no supieron cómo reaccionar frente a la nueva realidad instalada a partir la visibilización de la transgeneridad. En algunos casos, las autoridades escolares consultaron la opinión de estu- diantes trans, fundamentalmente para conocer el baño que les gustaría usar y, en menor medida, sobre cómo les gustaría llevar el proceso, específicamente la rapidez de la transición social de género y la comunicación de esta a sus com- pañeres cis. No obstante, la mayor parte de las veces las autoridades del cuerpo docente fueron quienes tomaron las decisiones finales y, en ocasiones, estas se fundaron en ignorancias y miedos. Aquello provocó en más de una oportunidad sensación de falta de respeto e incomprensión por parte de les estudiantes trans y sus familias. Resulta que la Valeria pasó a tercero y se acabaron las duchas, porque tenía que en el fondo entrar con las niñas, y nos llamaron y todo y fue como… hablar de este tema de los baños y de los casilleros era como extraño, como este cuestiona- miento. Pero al final es como “oye, ¿y ustedes le han preguntado a la Valeria qué quiere?, ¿si se va a bañar?”. Y fue así como, “no, nadie le ha preguntado”, “bueno pregúntenle a ella, porque ella no pretende bañarse, y si quisiera hacerlo, yo y su padre la vamos a apoyar pa’ que se bañe con el resguardo que ella necesite”. (Grupo focal apoderades, 2017) Según Berger y Luckmann (2001), el proceso de socialización secundaria se genera en distintas instituciones, entre ellas la escuela y el liceo, que cumplen el objetivo de reproducir la legitimidad de los regímenes dominantes ya aprendidos en la socialización primaria (generalmente con la familia) como, por ejemplo, el sistema dominante de sexo-género (Espinar, 2007). Según Bourdieu y Passeron (1981), la educación formal está atravesada por el despliegue de violencia simbó- lica, es decir, por la imposición de una arbitrariedad cultural como legítima, sin reconocer las relaciones de fuerza en disputa detrás de cada “verdad”. Aquella arbitrariedad cultural reproduce, a su vez, relaciones desiguales entre grupos en disputa.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=