Juventudes en Chile: miradas de jóvenes que investigan [volumen 2]
Respuestas institucionales de comunidades educativas cisgénero ante la visibilización de estudiantes trans – 123 Lo anterior se condice con la investigación de la Organización de las Nacio- nes Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (unesco) (2013), que afir- ma que les estudiantes que presentan una expresión de género que se desajusta a los patrones dominantes de sexo-género son reconocides por sus pares como disidentes sexuales o de género, sea esta condición declarada o una percepción prejuiciosa. Aquello tiene como consecuencia una mayor exposición a recibir violencias homotransfóbicas. Les estudiantes entrevistades asimilaron las experiencias de violencias ante- riores a la transición social de género como acontecimientos esperables, naturali- zando que para el sistema de sexo-género dominante fuera reprochable tener una expresión de género distinta a la relacionada al género asignado al nacer. Aquella naturalización responde a la violencia simbólica, la que a partir de la socializa- ción incorpora un habitus en disposición a normalizar, legitimar y reproducir las estructuras de dominación, aceptándolas como una verdad universal (Bourdieu y Passeron, 1981). En el mismo sentido, les estudiantes insultades naturalizan aquella experiencia al observarse a sí mismes bajo las categorías dominantes del sistema de sexo-género. Es importante destacar que, a pesar de esto, ninguna de las personas entre- vistadas detuvo en el futuro su transición social de género. Esto indica que los dispositivos de castigo y disciplinamiento del sistema de sexo-género solo logra- rían, a veces, postergar el tránsito social de género —debido al temor de que las represalias sociales se agudicen—, pero no cambiar la identidad de género. Mientras muches de les estudiantes trans eran hostigades y vivían discrimi- nación por parte de la comunidad educativa cisgénero antes de hacer pública su identidad de género, a les madres y padres de estes estudiantes les preocupó la reacción que tendrían las autoridades escolares ante el tránsito social de género de sus hijes, lo que acarreó un desgaste emocional en el proceso. Estas preocupaciones tuvieron fundamentos concretos, pues, según les en- trevistades, hubo instituciones escolares que optaron por expulsar, tanto explícita como implícitamente 5 , a les estudiantes trans luego de que realizaran su transi- ción social de género. También hubo autoridades que aceptaron que les estudian- tes trans siguieran siendo parte de su comunidad educativa inmediatamente, y otras luego de vastas tramitaciones. Tanto la espera de saber si podrían seguir en el mismo establecimiento como el rechazo por parte de este provocaron un período de angustia que no cesó hasta encontrar un establecimiento educacional. 5 Por ejemplo, al no responsabilizarse institucionalmente por el acoso y abuso escolar transfóbico, tanto por parte de estudiantes como del cuerpo docente, legitimando las agresiones y constru- yendo un espacio inseguro para estudiantes trans.
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