Juventudes en Chile: miradas de jóvenes que investigan [volumen 2]

Respuestas institucionales de comunidades educativas cisgénero ante la visibilización de estudiantes trans – 121 socialmente al nacer es distinto al género sentido— y lo cis —se les asignó so- cialmente al nacer un género que corresponde con el sentido—. Las expresiones de género, como formas de mostrar la identidad en el mundo social, también están reguladas por el sistema de sexo-género binario: masculina para hombres y femeninas para mujeres; la androginia y la transgeneridad se construyen como categorías subalternas. La cisnormatividad refiere al régimen de dominación que posiciona a las personas cis en una situación de privilegio con relación a las no cis como, por ejemplo, las trans. Aquellos privilegios encuentran su raíz en la naturalización social de lo cis, apareciendo las identidades no cis como “extrañas” o “anormales”. En este sentido, resulta importante no hablar de “personas en el cuerpo equivo- cado” refiriéndose a personas trans, pues de este modo se estaría reforzando el régimen binario de sexo-género y la cisnormatividad. La heteronormatividad —tercer régimen de dominación— se vincula con la dominación y regulación social de la sexualidad, condicionada por el género (Lamas, 2000b). El binarismo de sexo-género, como productor y legitimador de solo dos géneros, y la cisnormatividad como reforzador del género a partir de la corporalidad sostienen el régimen heteronormativo, instalando la idea de que existe una complementariedad natural entre hombre/pene/masculinidad y mu- jer/vagina/feminidad en distintos aspectos personales y sociales —como sexual, reproductivo, afectivo, político, económico, laboral, etc.— (Lamas, 2000a). De este modo, se anormaliza e incluso patologiza la atracción por relaciones no he- terosexuales binarias. Denominaré disidencias sexuales y/o de género a los grupos sociales que se ubican en una posición de desprivilegio dentro de la estructura de dominación de sexo-género, debido a que no responden a su normatividad binaria, cisgénero y heterosexual. La importancia que le otorgo a la identidad de género, y la identidad de género trans, no radica en cuán fija e inmóvil es (por lo demás, preocupación generalizada en el mundo cisnormado, el cual teme el “arrepentimiento” de la transición social de género). Por el contrario, la importancia radica en la forma en que se construyen estructuras sociales que otorgan mayor validez, privilegios y poder a ciertas identidades que a otras. Además del régimen de sexo-género, la presente investigación imputa las re- laciones sociales que se establecen entre adultez y niñes o jóvenes al interior de la comunidad educativa. Para ello, es necesario conocer el adultocentrismo , que es el régimen hegemónico que produce y reproduce una relación de dominio por parte de la adultez —la cual goza de privilegios— con las otras clases de edad (niñez,

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