Nueva educación pública: contexto, contenidos y perspectivas de la desmunicipalización

capitulo5: El futurode lanueva educaciónpúblicachilena: expectativas ydesafíos 199 sistema educacional chileno aún tiene un largo trecho para construir un marco de convivencia y cooperación público-privado que resitúe a la educación pública como su columna vertebral y sea beneficioso para el conjunto de la educación. Cambiar el sistema de financiamiento de la educación pública De todos los aspectosmacro de la política educacional que es necesariomodificar, elmás relevante es el financiamiento de las escuelas y los liceos. La granmayoría de los actores entrevistados insiste en que se debe discutir y cambiar el sistema de financiamiento de la educación pública, y algunos, de la educación en general. El debate sobre el financiamiento tiene al menos tres dimensiones. Primero, como ya se indicó, el financiamiento a través de subsidio a la demanda no es ade- cuado para la NEP, porque no asegura un pisomínimo para las escuelas y no rompe la lógica de competencia entre los establecimientos públicos y los privados financiados por el Estado, que —como vimos—paramuchos actores es el principal factor de deterioro y empobrecimiento de la educación pública. Por cierto, mientras algunos plantean que es imperativo dejar de usar el voucher al menos en la educación pública, otros señalan que es necesario hacerlo en el sistema subvencionado completo, pues no sería conveniente dejar ese incentivo de mercado actuando para un sector que en la práctica compite con la educación pública. La nueva realidad creada por la Ley de Inclusión (i.e. ausencia demotivación de lucro para los proveedores y control de la dis- criminación de las familias y los estudiantes) permite plantearse un cambio general del sistema de subvenciones, al volver a concebir la educación privada como un sector que colabora con la educación pública. No obstante, para concretarlo todavía se requieren otrasmodificaciones, espe- cialmente, mejorar el control y la regulación del tamaño de la oferta educativa en los territorios. Ante este escenario, los actores ensayan distintas propuestas. Demantenerse el subsidio a la demanda, coinciden los entrevistados, este debiera basarse en lamatrícula y no en la asistencia. Además, los SLE pueden ser vistos como una oportunidad para que los recursos, aun persistiendo el subsidio basado en la matrícula, sean administrados con una lógica solidaria, subsidiando a los establecimientos con más dificultades: En los servicios de educación pública en que tú tienesmuchos colegios, el financiamiento de cada colegio no depende de lamatrícula o la asistencia de ese colegio. El servicio de educación pública recolecta tanta plata por ese colegio, pero eso no significa que inyecte en ese colegio esa cantidad […]. Justamente la racionalidad de esto es que, si bien para el servicio en su conjunto sí importa la cantidad de matrículas, no importa para cada colegio en particular. Entonces, semitiga completamente esta competencia brutal por atraer estudiantes (Nicolás Eyzaguirre, ex ministro de Educación ). Para algunos, el mecanismo adecuado tiene que ser un financiamiento basal por institu- ción, mientras que para otros convendría implementar un sistemamixto de financiamiento, con un porcentaje de recursos basales destinados a cubrir gastos fijos (especialmente el personal docente) y otro porcentaje de recursos fluctuantes. Segundo, el presupuesto asignado para la creación de los SLE parece haber sido subestimado, dados losmayores costos fijos del servicio traspasado (como se discutiómás arriba) y el desafío

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