Nueva educación pública: contexto, contenidos y perspectivas de la desmunicipalización

capitulo5: El futurode lanueva educaciónpúblicachilena: expectativas ydesafíos 189 El asunto de las excepciones: nueva educación para todos Como se ha explicado, producto de la presión de algunos actores para que se les permitiera a los municipios continuar administrando la educación pública, la ley contempló la posibilidad de hacer una excepción temporal con aquellas comunas quemostrasen determinados indicadores básicos de desempeño y gestión. La excepción consiste en aplazar su entrada a la NEP hasta el final del proceso de transición en lugar de ingresar cuando le corresponde a su territorio, en la medida en que satisfagan continuamente dichos indicadores (en caso contrario, se impone el traspaso al año siguiente). Este fue uno de los asuntos más discutidos y cuyo acuerdo se logró solo al final de la tramitación legislativa de laNEP (véase el detalle en los capítulos 3 y 4). Muchos actores entrevistados consideran que esta norma es negativa y, más aún, extremadamente grave permitir que algunos municipios continúen administrando la educación. Las razones son múltiples y todas conducen a la misma conclusión: es importante aclarar y resolver pronto la interpretación de esta norma, por el bien de la implementación del nuevo sistema. Seríauna grandesventaja tener regímenes distintos en educación,DAEM,corporaciones,pero ahora además servicios locales […], permitiendo que las dificultades, que esta reproducción de la desigualdad del territorio perdure […]. Para quienes son especialistas enmirar estas leyes, la verdad es que «nunca fue el espíritu» [mantener las excepciones], porque claramente [la ley] dice «el sistema de nueva educación pública». Si no, diría «los sistemas» y hablaría de «distintos procesos» (Yasna Provoste, senadora de la Democracia Cristiana). La noción misma de que algunos municipios «lo hacen bien» y por eso deben exceptuarse de la NEP es problemática, primero, porque los criterios usados para calificar a los municipios como de «buen desempeño» (por ejemplo, las tendencias de la matrícula o la categoría de ordenación de cada establecimiento) son básicos y no reflejan la ambición de contar con una educación pública de alta calidad y con cobertura relevante en cada territorio. En segundo lugar, esta medida es problemática porque convierte la desmunicipalización en una especie de «cas- tigo al mal desempeño» de los alcaldes y, por tanto, produce incentivos para que «mantener» la administraciónmunicipal de las escuelas y los liceos se convierta en un triunfo, una bandera de lucha para los políticos locales. Esto produce, en tercer término, cierta inestabilidad institucional para la educación pública, pues le resta claridad a su plan de desarrollo demediano y largo plazo, y mantiene abierta la discusión sobre la NEP versus la municipalización, en circunstancias que el debate legislativo y social parecía haberla zanjado. En cuarto lugar, la excepcionalidad debilita el proceso de instalación de los SLE, puesto que varios deberán constituirse incompletos, dejando fuera comunas comparativamentemás sólidas en su desempeño, recursos o capacidades profesionales, lo que impone una gran desventaja a instituciones nacientes que deben hacer enormes esfuerzos para consolidarse en sus territorios. Por último, un escenario de dualidad institucional al interior de la educación pública sería nocivo porque aumentaría la fragmentación y la falta de coherencia y unidad al interior del sector; más aún, en la práctica serían dos sistemas compitiendo por alumnos en el territorio, y por recursos y prioridad en las políticas nacionales. Esto último es particularmente delicado, dado que se trata de dos sistemas con diferentes formas de gobierno y financiamiento, lo que deja a las escuelas y los liceos públicos en el medio de un conflicto institucional permanente en el corazón del Estado.

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