Encuentro Archivo, Documentación y Patrimonio Teatral

75 Descripción de trajes según cada periodo: 1770 Se confeccionó un vestido a la francesa de seda negra, característico de 1770, en el que se observa un audaz escote cuadrado (blanco de ira de los moralistas de la época); este traje va abierto frontalmente, con dobles pliegues en la espalda a lo “Watteau”, y una disminución exagerada de cintura y torso, logrado por el uso del corsé. Las caderas se ensanchan desmesuradamente por un armazón de aros, el guardainfante que sostiene y le da forma a la enagua y falda. Este corsé era muy ajustado y modelaba artificialmente la silueta, a pesar de las indicaciones médicas que advertían que su uso comprometía la salud, ya que dañaba algunos órganos vitales que tenían que cambiar su posición natural para adaptase a la nueva forma ósea, reducida por el uso de éste desde la niñez. Como resultado, la silueta natural de la mujer resultaba casi imposible de apreciar; este vestuario es un artificio tratado como una construcción arquitectónica. 1850 Este traje se realizó en encaje negro con un corpiño, característico de la época, recatado cuello subido, hombros bajos, cintura y torso reducido. Esta silueta se obtiene artificialmente por el uso del corsé, ligeramente alargado por el centro, construido por varias capas de telas rígidas y cintas con varillas que sostienen esta estructura. La falda es muy amplia y en forma de campana; este volumen se consigue por el uso de enagua en capas que va sobre la crinolina, ahuecador con aros circulares en forma cónica. La amplitud de la enagua y falda, lograda por muchas capas de telas, hacen de éste un vestuario muy pesado, que afecta la movilidad 1880 Vestido de raso negro que consiste en dos piezas separadas, un corpiño y una falda. En esta silueta se observa un busto acentuado y la cintura diminuta; el énfasis está en el volumen de la parte posterior de la falda Para lograr esta silueta era imprescindible el uso del corsé muy ajustado, con varillas que empujan el pecho hacia arriba y las costillas inferiores hacia adentro; el volumen de la parte posterior de la falda se obtiene por el uso de la enagua, que lleva volantes en forma de cascada sobre el polisón, un ahuecador con aros que abulta artificialmente la parte posterior de la falda, cayendo recto por delante. Corsé y ahuecadores desfiguran, rehacen el cuerpo, operando contra natura, poniendo en riesgo la salud de quien los usa, con un fin estético que transforma el vestuario en un objeto de comunicación, forzado por normas sociales. Volumen y silueta del Vestuario Femenino: 1770 – 1850 – 1880

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