Encuentro Archivo, Documentación y Patrimonio Teatral

57 que no tendrán anclaje en la práctica. Por el contrario, tiene que priorizar el encuentro personal con los creadores, la tarea en los ámbitos de producción del objeto de estudio. En este particular derrotero, la zanja inexistente entre práctica y teoría tiende a quedar salvada y los intercambios producidos en los lugares de convivio modificarán a los actores positivamente. En nuestras sociedades globalizadas, es imprescindible que pongamos el acento en ampliar miras y sepamos leer lo que propone una rica y dispar oferta escénica. En el choque con la fiesta, más allá de su degradación por aculturaciones y atropellos del afuera, se disparan vías de concepción de lo escénico muy distantes de las que forman el horizonte de cotidianidad de las y los artistas. El peso de estructuras míticas occidentales en las que se mueven tanto investigadores como actores es muy fuerte como para permitir el acceso a nuevas cosmovisiones sin mediar un proceso de largo aprendizaje. Este ejercicio del cuestionamiento sistemático exige la formulación de otras categorías y la revisión de algunas ya establecidas. Reencontrarnos con fragmentos de la fiesta y poner el esfuerzo en que los mismos no permanezcan separados en compartimentos estancos, asaltados en su potencia reparadora, es imprescindible en la primera fase del trabajo. Y esta germinal actividad debe emprenderse, despojadas y despojados de ropajes civilizatorios, en respeto y consideración por los materiales tratados. De lo contrario, la fiesta desgarrada no podrá aportarnos nada valioso, seguirá respondiendo desde las necesidades intelectualizadas del que la saquea desde perspectivas arqueológicas o de voyerismo inocuo. El genuino contacto con lo sacro- festivo nos conectará con esa difusa región donde lo espacial y temporal se rebelan contra con los tiempos de nuestro cronos occidental. Desde un espacio que trabaja con instrumentos relevantes para la reconstitución de la memoria podemos dejarnos llevar por la tentación de apegarnos al material descontextualizándolo, cayendo en la trampa de convertirlo en fetiche inerte. Asistimos a un crecimiento en el discurso del término patrimonio cultural. Y en la mayoría de los casos en que se utilizó fue con un enfoque que sentaba las bases de las operaciones de establecimiento del fetiche como núcleo de análisis. Se suelen limitar los esfuerzos a registrar diversos aspectos o rasgos. Luego son sumados y producen una imagen, tendiente a evocar identificación en el espectador. Se trata de una estrategia de conocimiento del acervo cultural que privilegia el inventario de los más variados aspectos, sean éstos, técnicas teatrales rituales, narraciones o prácticas lúdicas comunitarias. En términos generales, estos recuentos se ven marcados por un halo de nostalgia, en la medida que constituyen prácticas, ideas o saberes que son sustituidos vertiginosamente por otros, o bien que desaparecieron. La mera suposición de que resulta factible la disección de la cultura en rasgos comprensibles por sí mismos, es un error que genera un tratamiento a histórico a los productos culturales y corren el riesgo de cosificarse. La tarea encarada desde la constitución del archivo histórico del Teatro General San Martín fue evitar esta adoración por el objeto y tomar la distancia necesaria que nos permita entenderlo. El Centro de documentación de Teatro y Danza del Complejo Teatral de Buenos Aires/ Ana Itelman

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