Encuentro Archivo, Documentación y Patrimonio Teatral

43 Recorrí los grandes y numerosos salones del Teatro Real, inhóspitos y desagradables en los días del enero madrileño acompañado del Ingeniero de los Teatros D. Rafael Altamira y el guarda electricista Sr. Santibáñez (portador de un farol) y luego de una búsqueda fatigosa y repugnante- en tal estado dejaron los milicianos rojos al edificio. Quiso el cielo que apareciera primero el frasco roto que contuvo la víscera y luego, esta misma fácilmente reconocible por la aorta cortada y el cordón de que estuviera suspendido. Como llegaba muchos meses a la intemperie mezclado con detritus y cubierto de polvo, estaba momificado, por lo que juzgué peligroso volver a guardarlo en cualquier líquido conservador. Está depositado en la caja fuerte de la Sección de Contabilidad del Ministerio hasta que tenga su local adecuado al Museo del Teatro (De Larra, 1940, p.2). En palabras del director Fernando José de Larra, recogidas en un documento anteriormente referido, fechado el 10 de abril de 1940 4 , desde el origen se quiso evitar la pérdida del Archivo del Teatro Real, reconociendo la singularidad del conjunto, reuniendo cuanto hubiera estado en uso y dejara de estarlo, tras el periodo de guerra. En el periodo de guerra la colección queda abandonada, tanto los fondos que se encontraban depositados en Madrid, como los fondos que se encontraban almacenados inicialmente en el antiguo Convento de los Basilios, depósito de Alcalá de Henares. La necesidad de dejar libres los locales del Teatro Real primero, y la entrega al Ministerio de guerra de los decorosos almacenes que estaban establecidos en la calle de Ferraz, obligó a buscar una nueva ubicación para guardar todo el decorado, entre lo que en palabras del autor se encontraba: Todo el decorado de verdadera importancia, el atrezzo anticuado y poco eficiente y todo el variadísimo vestuario del antiguo Teatro de la Opera (…) todo aquel conjunto con tan poca fortuna de buscar a los pocos años, acomodo del material escenográfico ante el necesario uso de estos espacios para la intendencia militar. (De Larra, 1940, p.4) En ese momento ya se tiene conocimiento, tal y como manifiesta el conservador del Teatro Real D. Fernando Álvarez, de los deterioros que tenían los materiales almacenados, producidos entre otras causas, por la falta de dirección técnica, ante sucesivos traslados de los fondos de manera inadecuada y las malas condiciones en las que se encontraban los lugares elegidos para el almacenamiento. Llegado el momento de desalojar el Convento de los Basilios, fue necesario buscar unas nuevas dependencias, en concreto alquilando un edificio de propiedad particular, 4 De Larra, F. J. (1940). Memoria del Museo del Teatro . D003798, Almagro, Ciudad Real, p.6 La preservación material del Patrimonio Teatral en el Museo Nacional del Teatro, Almagro. España

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