Traumatología de la rodilla

Universidad de Chile Tumores Malignos Primarios La rodilla es el sitio más frecuentemente afectado por tumores primarios malignos. Cualquiera que sea la histología específca, el manejo con intención curativa incluye habitualmente la asociación de quimioterapia y cirugía. Esta última tiene como objetivo la resección amplia del sarcoma, es decir, la consecución de un margen de tejido sano envolviendo al tumor, de modo de minimizar la incidencia de recidiva local, la cual se asocia con un aumento de la mortalidad. Es en esta área donde la reconstrucción -si ella es factible- de una rodilla funcional es un desafío terapéutico para el cirujano. En el adolescente, el tumor maligno primario más frecuente es el osteosarcoma, el cual además tiene predilección por la rodilla: el 70% de ellos tiene esta localización. Aunque existen subtipos, algunos de ellos con menor grado de malignidad, para todos los propósitos descriptivos en este capítulo, nos referiremos al osteosarcoma central convencional de alto grado. Este típicamente se presenta al tratante como un tumor destructivo, formador de hueso y con extensión hacia partes blandas vecinas en el 80% de los casos al momento del diagnóstico. En el adulto, el primario maligno más frecuente es el condrosarcoma. Al igual que el osteosarcoma, presenta diferentes categorías de malignidad. La resección quirúrgica es el único tratamiento, pues se trata de un tumor radio y quimio resistente. El condrosarcoma grado 1 (de muy bajo grado) tiene un crecimiento muy lento, rara vez extendiéndose más allá de los límites óseos, y prácticamente sin capacidad para desarrollar metástasis. La distinción entre este y una lesión condroide benigna -encondroma- es tenue, y difícil hasta para patólogos expertos. Lo mismo ocurre en los aspectos clínicos y radiológicos, que a veces no son claramente distintivos. El diagnóstico se establece considerando el aporte conjunto de esta triada. Cabe mencionar que la biopsia debe contener la mayor parte del tumor, puesto que una muestra insufciente puede no revelar el verdadero grado histológico de la lesión. El curetaje y la adyuvancia local pueden considerarse el tratamiento curativo del condrosarcoma grado 1. Los condrosarcomas grado 2 y 3 (este último de alto grado de malignidad) requieren de resección amplia para su tratamiento. En estos casos, su manejo -por lo tanto- sigue los mismos principios quirúrgicos que aquellos para el osteosarcoma. Figura 9. En general, y al igual que con algunos tumores benignos agresivos, las técnicas reconstructivas pueden clasifcarse considerando los siguientes elementos: la localización del tumor (fémur distal o tibia proximal), si existe destrucción de la estructura ósea y extensión a partes blandas, y si existe compromiso del aparato extensor. Debe recordarse que, sin embargo, por la naturaleza maligna de estos tumores, el curetaje no resulta válido, de manera que las técnicas quirúrgicas empleadas, prácticamente en su totalidad, incluyen el uso de prótesis. 449 Figura 9. Resonancia Magnética de un Osteosarcoma. Figura 9

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