Traumatología de la rodilla

T raumatología de la rodilla Infecciones Las infecciones óseas en regiones metafsarias y/o metaepifsarias -localizadas- pueden tener una historia clínica poco específca, y el paciente básicamente consultar por dolor alrededor de la rodilla. La radiología puede mostrar una lesión lítica o mixta en el centro del segmento óseo, con bordes mal defnidos, lo cual hace plantear el diagnóstico diferencial con un tumor. En estos casos, la RNM puede mostrar áreas de necrosis o zonas líquidas intralesionales que permiten apoyar la sospecha de infección. La biopsia es el método diagnóstico defnitivo. Tumores Oseos Benignos Aun cuando esta categoría establece en lo esencial que los tumores no tienen capacidad de desarrollar metástasis ni ocasionar mortalidad, dentro de ella caben otras subdivisiones, puesto que exhiben diferentes comportamientos en cuanto a su agresividad local. La clasifcación de Enneking resulta muy útil para distinguir estas categorías: A. Tumores benignos latentes: son aquellos considerados “silentes”, puesto que no exhiben progresión a lo largo de años de seguimiento, y por lo mismo suelen ser asintomáticos. Habitualmente crecen acompañando el crecimiento del esqueleto huésped, y permanecen sin progresión después del cierre fsario. Si bien algunos de ellos pueden alcanzar un tamaño importante, su lento crecimiento inicial explica que no produzcan mayores molestias ni compromiso funcional de la extremidad afectada. Suelen ser diagnosticados como un hallazgo radiográfco en exámenes realizados por otras causas. Por estas razones, por lo general no requieren resección quirúrgica y se aconseja la mera observación. Figuras 4 y 5. 446 Figura 4. Osteocondroma proximal de la tibia. El paciente fue diagnosticado en forma casual, ya que consultó por un trauma leve reciente de rodilla. Se aprecia el efecto deformante sobre la fíbula, lo que refeja el lento crecimiento. Se indicó control clínico y radiológico. Figura 4 Figura 5. Defecto fbroso cortical – fbroma no osifcante de fémur distal en un paciente adolescente. Se aprecia una segunda lesión más pequeña en la cortical opuesta. La lesión suele ser un descubrimiento casual en imágenes solicitadas por otra razón.
 Se recomendó solamente observación y seguimiento con radiografía simple una vez al año Figura 5

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