Traumatología de la rodilla
Universidad de Chile El tratamiento de una infección establecida, sobre todo las tardías (después del primer mes) requiere en forma frecuente una revisión del implante en 2 tiempos, retirando en la primera cirugía, prótesis y todo tejido contaminado y después de un tratamiento de Antibióticos EV por 6 semanas y confrmada la erradicación de la infección con cultivos (-), proceder a un segundo tiempo con reposición de un nuevo implante. Aunque esta conducta sigue siendo la más frecuente o Gold standard , hay situaciones menos frecuentes que permiten tratar de retener el implante original haciendo sólo aseos quirúrgicos y cambios del polietileno (infecciones precoces antes del primer mes) y también un grupo de infecciones tardías en que se puede intentar un reemplazo protésico en un tiempo quirúrgico único, cuando existen condiciones especiales tales como germen conocido con buena sensibilidad antibiótico, buenas condiciones de partes blandas y condiciones de salud general adecuadas del paciente 52 . Las cirugías de revisión (cambio de prótesis) han ido en aumento en forma signifcativa en todo el mundo, y lo que no hay que olvidar que tienen un resultado fnal global en promedio 10 puntos de porcentaje menos exitosa que la cirugía primaria, eso hace valido hasta la fecha que la indicación ideal de las PTR debiera ser en el grupo etario que es compatible la expectativa de vida con la duración del implante (15 – 20 años). Desafíos Futuros. Cambio de paradigma de la PTR Aunque la Cirugía Protésica de Rodilla esté plenamente validada entre la comunidad médica por sus resultados clínicos, queda mucho por mejorar. El desafío principal en el pasado fue conseguir una prótesis funcional y durable, y cuando mejoraron los resultados clínicos en la década del ´70, los esfuerzos de la industria se enfocaron en los pares de fricción, con el fn de disminuir el desgaste y así mejorar la longevidad del implante. Sin embargo, en las últimas décadas, las indicaciones de PTR se fueron ampliando a grupos de pacientes con más actividad y mayor expectativa de sobrevida, con lo cual las demandas funcionales sobre los implantes aumentaron, apareciendo síntomas clínicos que motivaron el descontento de un número no despreciable de pacientes sometidos al procedimiento (entre el 10% y el 25%) 53 . Tratando de encontrar las causas de estos síntomas residuales, se han consignado distintas alternativas subsidiarias de corrección, que trataremos de resumir a continuación. El modelo actual de la mayoría de las PTR en uso en el mundo deriva del modelo Total Condilar, rodilla no anatómica, que al fnal de la cirugía trata de cumplir los mismos requisitos básicos en todos los pacientes. Estos son: componente femoral perpendicular al eje mecánico del fémur y componente tibial perpendicular al eje mecánico de la tibia, y un balance de partes blandas que permita espacios simétricos en fexo-extensión, teniendo al fnal la extremidad un eje de carga neutro y una interlínea articular paralela al suelo. Los estudios epidemiológicos 54 muestran que en la población normal el eje mecánico no es neutro y que, cerca de un 25% de la población, tiene alineamiento en leve varo. Además, la interlínea articular en carga está alineada frecuentemente en algunos grados de varo. Todo esto lleva a que, con la técnica actual, muchas rodillas después de la cirugía queden fuera de su alineamiento constitucional previo a la enfermedad que destruyó el cartílago y, como consecuencia de esto, se produzca un alineamiento de partes blandas distinto al original, siendo esto potencial origen de molestias. 409
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