Traumatología de la rodilla
Universidad de Chile Los resultados muestran una cirugía validada y exitosa, con tasas de sobrevida mayor al 90% a 15 años, tomando como falla la cirugía de revisión. Las causas más comunes de revisión son en orden decreciente de frecuencia: afojamiento aséptico (especialmente del componente tibial), infección e inestabilidad residual en media fexión. Existen complicaciones que pueden llevar a re- operaciones, sin que necesariamente signifque una revisión de sus componentes, como la rigidez y las fracturas peri protésicas, entre otras. Considerando revisiones y complicaciones, el seguimiento a 10 años demuestra una sobrevida del implante sobre el 90%, siendo aún mayor en los centros con un volumen anual de artroplastía de rodilla mayor 100 cirugías 19 . Otro ámbito que, si ha tenido un progreso indudable en la última década, son las mejoras en el control de sangrado, en la técnica quirúrgica y en el manejo del dolor postoperatorio. Estas son difíciles de evaluar en forma aislada, pero han infuido notoriamente en hacer de esta cirugía una intervención más predecible y mejor tolerada. Prueba de ello es la disminución a casi cero de la necesidad de transfusiones peri quirúrgicas, para lo cual han infuido factores como el uso regular de ácido tranexámico en distintas modalidades pre o peri quirúrgicas, la eliminación progresiva del uso de drenaje e isquemia (ambos factores asociados a diferencia de lo pensado, a un mayor sangramiento total). Por último, el manejo multimodal del dolor, especialmente con la introducción de bloqueos periféricos, combinaciones de anestésicos de larga duración, vasoconstrictores, aines, corticoides y, principalmente el bloqueo del canal adductor en tercio medio y distal de muslo y el bloqueo intraarticular durante la cirugía. Todo esto ha redundado en estadías hospitalarias más cortas (de hasta uno o dos días), e incluso, recientemente, en nuestro medio, cirugías ambulatorias, con el consiguiente benefcio económico que esto implica para la globalidad del sistema 20 . Mención especial merece la cirugía protésica unicompartimental que, aunque no exenta de controversias, se ha logrado posicionar, con una experiencia clínica de más de tres décadas , como una alternativa válida para un grupo seleccionado de artrosis graves de la rodilla. Al respecto, es importante recalcar que sus indicaciones generales son para daño grave mono compartimental de rodilla, con relativa indemnidad del resto del cartílago, competencia del pivote central, deformidad menor reductible y buen rango funcional. Pero, en general, esta es, una alternativa terapéutica atractiva para grupos de pacientes más jóvenes y activos, por sus resultados funcionales indiscutiblemente mejores; y para el grupo de pacientes octogenarios, por ser una cirugía menos agresiva, de menos complicaciones y de recuperación funcional más rápida 21 . La parte negativa de esta cirugía uni compartimental está en la mayor cifra de revisiones que presenta en comparación con las prótesis totales (registros internacionales). Sin embargo, el análisis en detalle de las causas de estas revisiones es aún controversial, debido a la existencia de numerosos sesgos en esta información. De hecho, diversas publicaciones han demostrado que ante resultados similares en lo defcientes para PTR y UNI, se indica con más frecuencia la revisión en UNI por la mayor facilidad del procedimiento. El reemplazo unicompartimental seguirá vigente hasta que no se diseñe una prótesis total que logre reproducir la cinemática nativa de la rodilla nativa 22 . Una contribución actual interesante a la cirugía de prótesis de rodilla es la aparición de nueva tecnología para apoyar el desarrollo de técnicas más precisas y reproducibles, como lo es la CAS (Computer Assisted Surgery). Dentro de ellas se encuentra la cirugía robótica o semi robótica, disponible en Chile desde mayo de 2018 con el Sistema NAVIO (Smith & Nephew) y el sistema MACO (Stryker). Estos sistemas aumentan la exactitud de nuestra cirugía al permitir cumplir con más precisión nuestra planifcación preoperatoria. El sistema Maco necesita de imágenes previas de resonancia magnética del paciente, y no así el sistema Navio. 403
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