Traumatología de la rodilla
T raumatología de la rodilla Manejo agudo de la lesión Si se trata de un paciente deportista de alto rendimiento, tratamos de operar lo antes posible poniendo énfasis en la pronta rehabilitación después de la cirugía. El temor a la rigidez se ha diluido al constatar que gracias a las nuevas fjaciones, desde tornillo interferenciales hacia delante y la rehabilitación acelerada es raro que se presente. Por otro lado, de tratarse de deportistas que no estén luchando contra el tiempo y que en el postoperatorio no dispongan de mucho tiempo para rehabilitarse, se aconseja esperar a que pase la infamación y recupere la movilidad antes de operar. En general se recomienda uso de hielo, analgésicos, restricción de la movilidad en la medida que produzca dolor al igual que la carga. En el caso de que se produzca una hemartrosis a tensión es necesario hacer una artrocentesis que permite alivio del dolor y mejorar la movilidad. El riesgo de infección tomando las precauciones habituales es muy bajo por lo que hacerla en forma más rutinaria sería una opción que aceleraría la recuperación. Indicación quirúrgica Los pacientes se operan para recuperar la estabilidad que les permita retomar su nivel de actividad física, pero también para frenar el daño articular al que puede conducir una rodilla inestable. Se ha visto que los que no se operan y son activos desarrollan artrosis con mayor frecuencia que los que se operan. Esto ocurriría por la asociación con las lesiones meniscales y la artrosis posterior. 304 Figura 7. Imagen de RM con rotura aguda del LCA. A. Lesión del LCA con horizontalización de las fbras proximales. B.- Edema en el cóndilo lateral, lesión asociada del ligamento colateral medial. C. Subluxación anterior de la tibia y edema óseo del platillo lateral. Figura 7
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