Traumatología de la rodilla
T raumatología de la rodilla Pruebas especiales para detectar lesiones meniscales Las pruebas especiales para detectar lesiones meniscales comparten el este tipo de lesiones intentan reproducir el dolor de origen capsular asociado al pinzamiento de un menisco que ha perdido su integridad, no permitiendo un deslizamiento de baja resistencia de los cóndilos femorales. Existe una gran cantidad de pruebas con sus epónimos respectivos, todas similares. Se sugiere utilizar una o dos como rutina en el examen general de la rodilla y sólo realizar más pruebas si existe una sospecha fundada de lesión meniscal, por una historia sugerente que no ha sido posible corroborar con el examen, o bien, frente a disociación entre clínica e imágenes. Lesiones meniscales de importancia, inestables, de reciente ocurrencia o la exacerbación mecánica de lesiones previas estarán asociadas a derrame articular leve a no más que moderado. El bloqueo articular verdadero, es decir, la pérdida de la movilidad pasiva y activa de la articulación, puede ocurrir con lesiones meniscales inestables como roturas en asa de balde del menisco medial. Dicho bloqueo puede ser intermitente, e incluso, aquellos pacientes con lesiones de larga data suelen aprender maniobras para lograr una autorreducción. Ante una rodilla traumática aguda, en el caso de lesiones meniscales aisladas habrá dolor en la línea articular y ausencia de pruebas de inestabilidad. En agudo difícilmente se podrán hacer pruebas específcas por el dolor, falta de rango y rechazo del paciente, un examen más fno se deberá diferir para un control a futuro. Las maniobras para gatillar dolor de origen meniscal comparten el principio de aplicar una carga axial y rotación a una rodilla en 90° de fexión, mecanismo muy habitual en el cual se producen lesiones meniscales. A continuación, se describen las pruebas clásicas más recomendadas. Dolor de la línea articular Se debe palpar la línea articular en toda su extensión, de medial a lateral con la rodilla en 90º de fexión. La aparición de dolor al palpar la línea articular es muy sensible para roturas meniscales, pero poco específco. La palpación dolorosa de quistes parameniscales aumenta mucho la especifcidad del examen. Prueba de McMurray La prueba de McMurray 10 , con algunas variaciones se ha mantenido como la prueba de rutina más utilizada. Tiene un alto poder de discriminación en roturas del cuerno posterior. La maniobra consiste en intentar atrapar el menisco entre tibia y fémur, con el paciente en decúbito supino, el examinador debe colocar una mano en la línea articular y otra en el tobillo del paciente, con esto realizar maniobras de fexoextensión de rodilla y rotación interna y externa. La prueba originalmente se describió como positiva al sentir un chasquido, sin embargo, actualmente se considera positiva si produce dolor en la interlinea examinada. La prueba de Mc Murray tiene una amplia variación reportada de sensibilidad y especifcidad, siendo más específco que sensible. Dado que la palpación de la línea articular es más sensible que específca a diferencia del Mc Murray, estas pruebas son complementarias, por lo que se insta a hacer ambas de rutina. 30
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