Traumatología de la rodilla
Universidad de Chile Pruebas especiales para detectar inestabilidad coronal Las pruebas de bostezo son las pruebas clásicas para la evaluación de la estabilidad de la rodilla en el plano coronal. En el caso de ser positivas traducen una lesión de los ligamentos colaterales y deben alertar al clínico de descartar dirigidamente el compromiso de las esquinas posteromedial o lateral. El bostezo medial sirve para evaluar la indemnidad del ligamento colateral medial. Consiste en hacer maniobras de estrés en valgo. El examinador se posiciona en el lado de la camilla que corresponde a la rodilla lesionada del paciente, usando su mano de la misma lateralidad del paciente, toma el tobillo ipsilateral con la palma apoyada en el maléolo medial y la otra mano la ubica en el muslo por lateral. En ese momento se aplica una fuerza con la mano apoyada en el tobillo intentando alejarlo de la línea media del paciente (sentido de valgo) usando la mano proximal como tope. Esta maniobra debe realizarse comparativamente con la rodilla en extensión completa y 30º de fexión. La prueba es positiva para inestabilidad si se produce un aumento del espacio articular por medial, por el contrario, si sólo se produce dolor se está frente a una lesión parcial del LCM. Existe una gran variabilidad de la normalidad en la magnitud del desplazamiento en el bostezo medial, por lo que es de suma importancia comparar con la rodilla contralateral. La función del LCM se aísla en los 30º de fexión, por tanto, una rodilla con bostezo medial negativo a 0º y positivo a 30º traduce una lesión en el LCM, cuando este bostezo es positivo a 0º y 30º se debe sospechar una lesión asociada al LCM que puede ser del pivote central – LCA más frecuentemente- o una rotura de la esquina posteromedial. El bostezo lateral, como contraparte del bostezo medial, busca tensar las estructuras laterales de la rodilla y su positividad traduce lesión del LCL. Se realiza cruzándose por sobre la rodilla, colocando la mano de la misma lateralidad de la rodilla a examinar en la cara medial de la rodilla, la otra mano en el tobillo por lateral aplicará una fuerza intentando llevar el tobillo hacia la línea media del paciente (varo). También debe hacerse en 0º y 30º. Si es positivo solo a 30º se interpreta como una lesión aislada del LCL, lo que es muy poco frecuente. Si la prueba es positiva a 0º y 30° se debe sospechar una rotura asociada al LCL que puede ser del pivote central – LCP más frecuentemente- o una rotura de la esquina posterolateral (EPL). La sola provocación de dolor sin aumento de la movilidad en el bostezo traduce lesión parcial del LCL. Pruebas especiales para detectar inestabilidad rotacional La importancia de la correcta evaluación de la estabilidad rotacional es que puede detectar lesiones multiligamentarias que pueden pasar desapercibidas, se debe recordar que las luxaciones de rodilla son solo la punta del iceberg de este tipo de lesiones. Las pruebas de estabilidad incluyen el pívot shift, el cual no solo traduce una inestabilidad anterior de la tibia, si no que prueban la inestabilidad ante fuerzas de rotación interna. Las pruebas descritas a continuación estresan la rodilla con fuerzas de rotación externa, buscando subluxar hacia anterolateral el platillo medial (lesiones esquina posteromedial) o hacia posterolateral el platillo lateral (lesiones esquina posterolateral). Éstas maniobras no son parte del examen físico rutinario de la rodilla, por tanto, el mecanismo de lesión y la energía involucrada deben hacer sospechar la lesión de más de una estructura estabilizadora la que debe ser buscada en el examen. Además, se recomienda realizarlas siempre que se encuentre una prueba de estabilidad en el plano coronal o anteroposterior. 27
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