Traumatología de la rodilla
T raumatología de la rodilla Imágenes Las proyecciones radiográfcas de rodilla AP y Lateral, habitualmente confrman el diagnóstico. Sin embargo, tienden a subestimar la complejidad del patrón de fractura. Es por esto, que la TAC se recomienda como método de planifcación preoperatoria, en orden de evaluar en forma integra la localización y características los rasgos de fractura y así planifcar la mejor confguración de la osteosíntesis, con el objetivo de contrarrestar los vectores de desplazamiento y entender la orientación de los rasgos de fractura en la articulación, para obtener una reducción lo más anatómica posible. En casos de presentar un mal alineamiento axial signifcativo, gran deformidad, conminución y acortamiento, se recomienda solicitar la TAC tras la instalación de un fjador externo. En accidentes de alta energía, puede haber lesiones ligamentarias o meniscales asociadas, entre en un 71-90% y 53-91%, respectivamente. 6-8 La gran mayoría de las lesiones ligamentarias se deberán reevaluar una vez consolidada la fractura, para así resolverlas de ser necesario. Las lesiones meniscales, generalmente se deben a una rotura del anillo periférico, el cual será evaluado y resuelto al momento del abordaje quirúrgico de estas lesiones, con una artrotomía submeniscal, por lo cual es controversial el rol de la resonancia nuclear magnética (RNM) en agudo. 8 Si en la evaluación inicial del paciente, los pulsos se encuentran presentes, pero disminuidos, se debe solicitar una imagen avanzada, generalmente con un TAC con contraste. El índice de presión tobillo-brazo (ABPI), se utiliza para determinar si el paciente debe someterse a una arteriografía y, se recomienda, que los pacientes con un ABPI inferior a 0,9, sean sometidos a estudio avanzado con imágenes o cirugía vascular urgente. Tanto la ecografía Doppler como la TAC con contraste, deben tenerse en cuenta siempre que haya sospecha sobre el traumatismo vascular, pero no deben retrasar el proceso de revascularización. 9,10 Tratamiento Habitualmente, el tratamiento de la fractura de platillos tibiales es quirúrgico, seguido de una movilización articular precoz y una descarga de peso. Sin embargo, la decisión para optar entre un manejo quirúrgico y conservador, debe basarse no tan sólo en el patrón de fractura, sino que también, en la condición del paciente, su demanda física, el estado de las partes blandas y de la superfcie articular. Dentro de las indicaciones quirúrgicas habituales, descrita por Schatzker el año 1975 11 encontramos: - Escalón articular ≥ 2 mm - Ensanchamiento > 5 mm - Traslación Metafsio-Diafsaria > 1 cm - Angulación > 10º en el plano coronal (varo/valgo) o sagital - Fractura expuesta - Síndrome Compartimental asociado - Lesión Ligamentaria asociada, que requiera cirugía - Fractura asociada de tibia o fíbula ipsilateral 210
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