Traumatología de la rodilla

Universidad de Chile La localización del dolor orienta a ciertas patologías y es el examen físico la siguiente etapa que aumenta los antecedentes para seguir construyendo la hipótesis diagnóstica. Examen físico Es a nuestro entender la herramienta más importante para la construcción de la hipótesis diagnóstica, que se basa en el conocimiento anatómico profundo que todo especialista debe tener. Es muy frecuente que un importante porcentaje de pacientes en su primera consulta con el especialista de rodilla, ya tienen un resultado de imagen de resonancia magnética, con un informe que describe una lista de hallazgos que por si solos no constituyen enfermedad o no son necesariamente la causa del motivo de consulta, siendo importantísimo que esa información siga siendo usada como un complemento a la anamnesis y examen físico. Sólo mediante la anamnesis y el examen físico anatómico y sistemático, se podrá saber qué estructura es la que genera molestias al paciente y así poder jerarquizar la información, llegar a un diagnóstico acertado y dar tratamiento a lo que realmente genera molestias. La particularidad del examen físico ortopédico es la presencia de múltiples pruebas especiales que se agregan a la inspección y palpación clásicas de la semiología. Se describirán esta últimas para luego agrupar las pruebas especiales según la condición clínica que buscan demostrar. Inspección La inspección se inicia en el momento que el paciente entra a la consulta, evaluando el tipo de marcha, si requiere de asistencias técnicas y el grado de dolor o difcultad que demuestra. Para un correcto examen físico debemos se debe solicitar al paciente descubrir ambas extremidades inferiores. Lo primero que debe llamar la atención es el eje de la extremidad, el que se evalúa mejor con el paciente de pie frente nuestro. Con el objeto de revelar desejes dinámicos, se debe pedir al paciente que camine, prestando igual atención a alteraciones de la marcha de origen proximal en cadera o distal en tobillo y pie. Con el paciente en decúbito supino se debe inspeccionar la presencia de aumento de volumen de la rodilla. En el caso del derrame, es decir presencia de líquido intraarticular, los recesos suprapatelares son ocupados, borrando el contorno superior de la patela. Se debe hacer la diferencia con la bursitis prepatelar, patología extraarticular, que se caracteriza por un aumento de volumen redondeado circunscrito en la zona patelar o infrapatelar, sin extensión a proximal. Las características de la piel deben ser investigadas, se debe buscar cicatrices de trauma o quirúrgicas, signos infamatorios clásicos como eritema, o signos de secuela de injurias como equímosis o heridas. Por último, se le debe pedir al paciente que eleve la pierna extendida para constatar indemnidad del aparato extensor y que realice fexoextensión de rodilla para consignar su rango articular activo. Es de importancia hacer una estimación del trofsmo muscular, molestias de larga data producen atrofa muscular asociada al dolor y desuso, así mismo, la recuperación de lesiones o cirugías debe llevar aparejado un aumento de la masa muscular en cada control. Las atrofas musculares marcadas se asocian a trastornos neurológicos. Con la rodilla en 90 grados y desde una visión lateral se debe observar la posición relativa de la tibia sobre el fémur. La tibia normalmente sobresale por lo menos 1 cm. a los cóndilos femorales. 21

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