Traumatología de la rodilla
T raumatología de la rodilla Habitualmente el tratamiento inicial lo extrapolamos de la evidencia disponible en las guías de manejo del dolor en artrosis y otros cuadros infamatorios de la rodilla. Cuando estamos frente a un episodio de inicio reciente, o exacerbación de los síntomas, el uso de antiinfamatorios no esteroideos orales (AINEs) por periodos cortos de 7 a 14 días, nos parece un buen enfrentamiento inicial. Esto inicialmente para que el paciente logre tolerar los ejercicios terapéuticos a realizar con el kinesiólogo. Su uso ha demostrado aliviar los síntomas a corto plazo, pero no produce mejoría del dolor a los 3 meses. Recientemente ha surgido cierta evidencia en relación al uso de AINEs tópicos para el manejo de la artrosis, por ende se podría probar su uso como coadyuvante al tratamiento vía oral, o bien en caso de pacientes que tengan contraindicación de estos vía oral. Otras modalidades de analgesia como opioides o corticoides orales no se sustentan en evidencia y nos parece que es poco probable que se requiera de su uso. En relación, a las infltraciones intraarticulares, se ha descrito el uso de corticoides, glicosaminaglicanos y ácido hialurónico. No existe evidencia de calidad que respalde su uso en el síndrome de dolor patelofemoral y no lo utilizamos de rutina. Sin embargo, dada la evidencia en relación, a pacientes con artrosis y otras patologías, nos parece que se podrían utilizar en casos seleccionados si no tenemos la opción de acceder a un manejo más agresivo en el corto plazo, teniendo precaución en no utilizar lidocaína intraarticular, en altas dosis, ¨por ser condrotóxica. El uso de pregabalina, duloxetina, amitriptilina y otros fármacos que actúan como neuromoduladores del dolor, no ha sido estudiado en la literatura. Si bien no conocemos su efcacia en el manejo de este síndrome, nos parece que podrían ser de utilidad como coadyuvantes en pacientes que presentan dolor crónico por los cambios neuropáticos descritos previamente y por el componente de sensibilización central en casos de dolor de larga data. Sería interesante contar con estudios que puedan evaluar su efectividad en el futuro. Kinesioterapia y apoyo ortésico Uno de los pilares fundamentales en el manejo del DPF en pacientes sin evidencia de artrosis es la actividad física y los ejercicios dirigidos a mejorar las alteraciones en los estabilizadores dinámicos periarticulares. Una vez que el paciente ha mejorado del dolor en el cuadro agudo, ayudado por el tratamiento farmacológico, podemos iniciar el entrenamiento kinésico. Existe un gran número de estudios en relación a las distintas modalidades de rehabilitación que se pueden emplear. Generalmente el foco está puesto en fortalecer de manera isométrica la musculatura cuadricipital y los rotadores externos de cadera y la estabilización lumbopélvica. Esto contribuiría a mejorar el tracking patelar y además, contribuir a una mejor posición rotacional de la extremidad inferior que favorezca la excursión patelar armónica en el surco troclear, junto con disminuir la tensión a nivel del retináculo lateral y los tejidos blandos adyacentes. En el caso de pacientes que presenten un bajo nivel de movilidad (contracturas, elongación disminuida, etc) la terapia física se debe complementar con una adecuada rutina de elongación. En relación al desbalance en la temporalidad de activación entre el vasto medial oblicuo y el vasto lateral, no es posible aislar la contracción dirigida de cada uno de ellos, sin embargo, es esperable que con un adecuado entrenamiento muscular, esta disfunción se solucione. Los diversos estudios que evalúan el rendimiento de la kinesioterapia en el manejo del dolor patelofemoral en sus distintas modalidades muestran resultados controversiales. Cuando se evalúan distintas modalidades de trabajo específco como fortalecimiento de musculatura alrededor de la rodilla, de la cadera o incluso actividad física libre, la mejoría sintomática a corto y 106
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