Traumatología de la rodilla
Universidad de Chile Otro punto a determinar, es el estado físico del paciente, junto a esto debemos obtener un acabado registro de lesiones previas en las extremidades inferiores, nivel de actividad deportiva y acondicionamiento físico además de cualquier otro hecho que pueda afectar de una u otra forma el trofsmo muscular. Esto principalmente para determinar si existe algún défcit muscular que esté afectando al balance de la articulación patelofemoral disminuyendo el umbral de carga que tolera la articulación antes de alcanzar el punto de actividad supra fsiológica descrito previamente. Esto no solo ayuda a defnir la causa sino que probablemente nos entregará una de las claves fundamentales para el tratamiento. Cuando el dolor se produce con actividades de baja carga, y rápidamente después del inicio de la actividad es importante defnir si este se reproduce constantemente en la misma localización. Esto podría refejar que el dolor proviene de una lesión osteocondral y no de un desbalance de los estabilizadores (pese a que esa lesión puede ser producto de esto último). Un claro ejemplo son las lesiones condrales del polo inferior que se hacen sintomática cuando la patela hace contacto con la tróclea alrededor de los 30º de fexión, pero una vez pasado este punto, cesa el dolor. Esto no solo nos va a orientar al diagnóstico, sino que también a cómo realizar una rehabilitación adecuada sin producir más daño en la zona de la lesión. Algunos de los síntomas o situaciones que generan dolor que son más recurrentes dentro del relato de los pacientes son subir escaleras, ponerse en cuclillas y dolor durante posiciones de fexión prolongada como permanecer sentado por mucho tiempo. Sin embargo, distintos estudios han reportado un amplio rango de sensibilidad, especifcidad y razón de verosimilitud por lo que estadísticamente no se ha demostrado ser del todo certeros para realizar el diagnóstico. Examen Físico Para realizar un buen examen físico es necesario buscar detalladamente las causas que pueden contribuir a la génesis del dolor. Lo primero es realizar una adecuada inspección de las extremidades inferiores estando el paciente de pie, lo que nos permitirá observar el alineamiento en el plano coronal de la extremidad. Junto a esto se pueden realizar evaluaciones dinámicas de la alineación al pedir al paciente que realice una fexión de la rodilla de manera monopodal para objetivar si existe un valgo exagerado o rotación interna excesiva de la extremidad. Además de eso debemos evaluar de manera dinámica la marcha y si existe algún grado de claudicación o alteraciones de la posición del pie y la cadera durante esta. Simultáneamente se debe evaluar el estado nutricional del paciente sabiendo que la carga a la que se ve sometida la rodilla es 4 veces la del peso corporal llegando a ser hasta 6 veces mayor caminando en pendientes descendientes. Idealmente se debe evaluar el trofsmo del cuádriceps y objetivar midiendo su perímetro a la misma altura en cada consulta que tengamos con el paciente. Luego podemos pasar al examen en decúbito. Acá además de un examen completo general de la rodilla debemos determinar el grado de movilidad patelar e identifcar si se genera algún crépito durante la excursión de la patela. Con esto podemos encontrar un amplio espectro desde pacientes hiperlaxos a pacientes con artrosis y movilidad patelar reducida. Además, debemos evaluar las clásicas pruebas de inestabilidad y aprehensión patelofemoral. Otro de los puntos claves a defnir en el examen físico es la palpación de estructuras específcas. Para defnir de donde proviene específcamente el dolor realizando un cuidadoso recorrido por las facetas, palpar los retináculos y trayectos ligamentarios y fnalmente otras fuentes de dolor como la inserción de la pes anserina, tendón patelar entre otras. Tabla 2 103
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