Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier. Volumen II

– 991 – Sobre los recursos dialógicos y de representación… • Abelardo San Martín Núñez / Contesté que sí, que no tenía planes determinados, / Contesté que no, que de allí en adelante. / Bien” (Soliloquio del individuo). El diálogo dramatizado, además, le permite al antipoeta representar el habla cotidiana en su realismo diario, no solo con base en la emulación de rasgos léxicos o fonéticos, como veremos más adelante, sino que también en su propia arquitectura y función discursivas 7 . En los siguientes versos, se reproduce –mediante el diálogo– el encuentro entre una hija y su padre anciano, dibujando una escena de marcada afectividad: “que no es mi viejito feo? / -quién otro va a ser mijita... / -pase por aquí papá / qué bueno que haya venido / adónde quiere sentarse / en la silla o en el piso / -en las dos cosas mijita... / -y qué se quiere servir / hay té café y chocolate / -de las tres cosas mijita...” (Quién es el que viene ahí). Entre los recursos que le imprimen más realismo al intercambio están el uso del diminutivo, en las expresiones viejito y mijita , y las fórmulas de cortesía de parte de la hija, quien ofrece una serie de opciones al padre 8 . Por otro lado, en el fragmento que, a continuación, presentamos la escena representada es diferente, pero no por ello menos cotidiana, se trata de una conversación entre dos amigos que se encuentran de modo casual: Buen día compadre Juancho / Buen día compadre Lucho / Adónde va mi compadre / Con este día tan fiero. / Cómo que fiero compadre: / A la capital de Roma. / ¿A la capital de Roma? / ¡A la capital de Roma! / ¡Las cosas de mi compadre! / ¡Y qué monos va a pintar / A Roma, compadre Juancho! / Eso lo sé yo no más: / A hablar con el Santo Padre / ¡Y qué Santo Padre es ése! / Cómo que qué Santo Padre: / El Santo Padre de Roma / ¿El Santo Padre de Roma? / ¡El Santo Padre de Roma! / No me haga reír compadre. / Ríase no más compadre (Los dos compadres). Resulta notable la manera en cómo Parra recurre a las repeticiones para dar cuenta de la simplicidad del habla cotidiana y, de este modo, llegar a un cuadro más vívido, con fines poéticos, de la arquitectura conversacional más prototípica. De este modo, un rasgo tan propio de la conversación cotidiana, como lo son las repeticiones, deviene en un recurso poético de gran efectividad. Además, los hipocorísticos elegidos (Juancho y Lucho), las rutinas estereotipadas de saludo, el tono chancero o bromista del intercambio, entre otros recursos, permiten evocar con facilidad el diálogo de esquina prototípico, de manera que es relativamente fácil reconstruir una especie de cuadro naturalista. Igualmente, por lo que se refiere a la dimensión de los actos de habla empleados en la obra de Parra, destacan dos tipos, esencialmente. Por una parte, 7 Tusón (1997) describe las características de la conversación, desde el punto de vista de la pragmática lingüística y con referencia a la lengua española. 8 Cf. a este respecto, las reglas de cortesía de Lakoff (1998), entre las que incluye la modalidad “ofrezca opciones a su interlocutor”.

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