Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier. Volumen II

– 908 – Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier pero en leer la pizarra, es información. De este modo, a través de este tipo semántico complejo, el sustantivo está preparado para significar más cosas que el significado original (Freihat, Giuchiglia y Dutta 2013, lo llaman base meaning ), y ello hace que el hablante entienda ese significado derivado aunque no lo haya leído o escuchado nunca antes ( leer la pared, la polera, el tatuaje, la lámpara y cualesquiera otros ejemplos del tipo objeto físico· información, por raros que parezcan). Se denomina coerción a la operación por la cual el predicado fuerza al sustantivo a significar algo que normalmente no significa. En este caso, una pizarra es un tipo de objeto físico, pero no es un tipo de información, sino que en ciertos contextos de uso se puede utilizar como información. 2.1. La polisemia regular en los datos de uso de la lengua Si se examina la bibliografía sobre polisemia regular desde Apresjan (1974) hasta la actualidad (Renau, Castro, López Hidalgo, Martínez, Obreque, Soto y Terry, en preparación), se observa que ha habido una notable atención de los especialistas por establecer maneras de formalizar el análisis del fenómeno, especialmente desde el punto de vista teórico o desde las necesidades del procesamiento del lenguaje natural (Barque y Chaumartin 2009; Boleda, Padó y Utt 2012; Buitelaar 1998; Copestake y Briscoe 1992 y 1995; Del Tredici y Bel 2015; Frontini, Quochi, y Monachini 2014; Kallmeyer y Osswald 2017; Kilgarriff 1995; Lohk, Orav, Allik y Vohandu 2014; Lopukhina y Lopukhin 2016; Nunberg 1995; Peters y Peters 2000; Rumshisky, Grinberg y Pustejovsky 2007; Tomuro 1998; Willems 2006; entre otros). Uno de los trabajos más completos y conocidos es la tesis de Buitelaar (1998), que ha sido utilizada en numerosas propuestas de desambiguación semántica. Buitelaar (1998) utilizó WordNet (Miller, Beckwith, Fellbaum, Gross y Miller 1990) para extraer las clases de polisemia regular que se encontraban en dicha taxonomía, pero que no estaban explicitadas. Las clases de Buitelaar (1998) son todavía hoy una de las mayores contribuciones a la clasificación de la polisemia regular, para la que los autores suelen establecer tipologías escasas y asistemáticas. Sin embargo, WordNet fue elaborado a mano y sin explicitar una conexión entre los significados de las unidades léxicas y el uso de estas, lo que da pie a que pueda faltar información o a que esta se ofrezca de manera asistemática (esto ha sido señalado por Boleda, Padó y Utt 2012, entre otros). Además, la clasificación de Buitelaar (1998) es solo para la lengua inglesa. Además de las mencionadas limitaciones, son pocos los estudios que han analizado datos de uso de las unidades léxicas que muestran polisemia regular. A pesar de ello, algunos autores han hecho propuestas de análisis de polisemia regular en corpus que son interesantes desde el punto de vista de su metodología y sus resultados (Goossens 2012; Jezek y Vieu 2014; Vieu, Jezek y Van de Cruys 2015). En el caso del español, destacan dos tesis doctorales. La tesis de Berri (2014), enmarcada teóricamente en el lexicón generativo (Pustejovsky 1995),

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