Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier. Volumen II
– 898 – Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier Considero que la palabra guaro es un bantuismo. Concretamente, se trata de un préstamo léxico tomado del kikongo, que, como se ha dicho, es una lengua de la que provienen gran cantidad de préstamos comprobados en las lenguas criollas americanas y en muchas variedades del español de América. Así, la palabra guaro se derivaría del vocablo kikongo ngwàla , el cual aparece recogido en el Dictionnaire kikongo-français (1936) de K. A. Laman con el significado de ‘alcool, boison alcoolique; eau-de-vie’; es decir, ‘alcohol, bebida alcohólica; aguardiente’. Es evidente que el significado del término kikongo se corresponde más acertadamente con el de la palabra guaro que el del vocablo guarapo . Por supuesto, quedan por aclarar las discordancias entre las formas ngwàla y guaro , así como su periplo desde el Congo hasta las tierras centroamericanas. Tanto el guarapo ‘jugo de la caña dulce exprimida, que por vaporización produce el azúcar; bebida fermentada que produce este jugo’, como el guaro ‘aguardiente de caña’, se relacionan con la producción la caña de azúcar y su industrialización. Por ello, habría que buscar su origen en aquellos sitios en donde surgió y fue más importante la industria de la caña de azúcar en Hispanoamérica, es decir, en las islas antillanas. Si bien es cierto, ni Pichardo (1836) ni Ortiz (1924) registran el vocablo guaro en Cuba ni este aparece registrado para otrasAntillas ( v.gr . López Morales 1988), es muy significativo que Gema Valdés (2009: 144), en su estudio sobre los remanentes lingüísticos de probable origen bantú, recoja de parte de sus informantes, descendientes de esclavos congos, las palabras alternativas enguala, enguale, enguara y enguare con el sentido de ‘aguardiente’. Esa autora, con razón, relaciona estos vocablos con el mencionado étimo kikongo ngwà la , el cual define curiosamente como ‘vino de palma’. La forma kikongo ngwàla presenta una estructura silábica inicial que es ajena a los patrones del español. Por ello, evidentemente, las formas recogidas por Valdés, con una vocal / e / epentética, representan una solución de adaptación al español de la forma original de la palabra en kikongo, que presenta una consonante oclusiva sonora prenasalizada / ŋ g– / en posición inicial. Otra solución de adaptación de esta palabra a los patrones silábicos del español es simplemente la elisión de la consonante nasal del inicio de palabra. Este fenómeno ha sido registrado para otros casos en boca de estos hablantes. Por ejemplo, el étimo kikongo ngulu ‘cerdo’ da como resultado las siguientes variantes: ngulo, gulo, engulo, angulo (Valdés 2009: 144). Igualmente, el vocablo kikongo nsusu ‘ave doméstica’ se transforma en ensusu, nsusu, ensuso y susu ‘gallina, pollo, gallinas, pollos’ (Valdés 2009: 145). Por tanto, no es descabellado pensar en posibles formas alternativas como *guala o *guara . Aunque estas formas no han sido atestiguadas en Cuba, podría ser significativo que en Guatemala haya sido registrada precisamente la forma guara en el sentido de ‘aguardiente’ (Santamaría 1942), ‘ Guaro o aguardiente’ (Maleret 1946).
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