Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier. Volumen II

– 891 – La indagación etimológica de los préstamos de lenguas africanas... • Mario Portilla En cuanto al descuido en el tratamiento de las etimologías de posibles préstamos heredados de lenguas africanas, el siguiente ejemplo pone de manifiesto la falta de rigurosidad en su determinación. Megenny (1979: 127) propone las siguientes aproximaciones etimológicas africanas para el vocablo calungo utilizado en Venezuela. CALUNGO (s.), perro lampiño, chino. KiKongo: kaluNga – nombre propio. KiLuba: kaluNga – (sentido primitivo) el que trae la lluvia; un título honorífico; la muerte; el diablo; idea de grandeza. KiMbundu: kálúNga – Dios, rey, señor; la muerte, el más allá. Vale decir aquí que ninguno de los significados de la palabras africanas se asemeja al significado que trae el vocablo en Venezuela. Sin embargo, desde que kaluNga tiene una multiplicidad de sentidos en estas tres lenguas bantús presentadas aquí, se nos presenta la posibilidad de conjeturar que la palabra hubiera tenido, en una de estas lenguas, o bien en otra, genéticamente relacionada, que no hemos podido descubrir, un significado igual a o semejante al que tiene hoy en el área de Barlovento. Como sabemos de hecho, es muy fácil que los vocablos de una lengua cambien o pierdan sus significados a través de los siglos. Para el establecimiento cierto de los aportes de lenguas africanas en las variedades del español americano, es necesaria la aplicación de principios etimológicos más rigurosos. En primer lugar, aunque a veces sea imposible establecer con certeza una lengua a la cual asignar el étimo, no es aceptable atribuir el origen de este a más de una lengua. No sucede normalmente que una sola palabra se derive de dos étimos distintos, aunque pueden darse casos de mezclas como en la palabra del papiamento palomba ‘paloma’, que parece ser una mezcla entre el español paloma y el portugués pomba 3 . Por supuesto, es aún más insostenible la conjetura de que el étimo haya tenido en su origen un significado “igual o semejante” al que presenta actualmente la palabra derivada pero del cual no ha quedado ninguna constancia. Ni qué decir de la absurda pretensión de atribuir el étimo a una lengua, además con el supuesto de estar “genéticamente relacionada” con los idiomas en consideración, de la que no se tiene noticia alguna. Por otro lado, es inaceptable que se aduzcan como posibles étimos vocablos que no presenten ninguna relación semántica con el presunto término derivado. 3 Sin embargo, aquí también puede tratarse de una epéntesis espontánea de /b/ en el vocablo paloma , que es frecuente como en mismo papiamento gumbitá ‘vomitar’, del portugués gomitar , variante subestándar de vomitar .

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