Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier. Volumen II
– 890 – Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier de esclavos bautizados era de origen bantú, provenientes especialmente del antiguo reino Congo y de Guinea. Igualmente, los registros de la trata trasatlántica de esclavos muestran, en términos generales, que entre 1400 y 1900 la mayoría de los esclavos provenían de la llamada Costa de los esclavos (actualmente Benín y Nigeria), África centrooccidental (República Democrática del Congo, Congo yAngola) y la Costa de oro (Ghana) (Nunn 2008: 151). De 10.220.000, 3.600.000 aproximadamente fueron llevados a América desde Angola, 1.400.000 de Nigeria y 1.600.000 de Ghana (Nunn 2008: 152, tabla II). Estudios detallados sobre la procedencia de los esclavos negros muestran que, desde la segunda mitad del siglo XVIII, la mayor parte de estos fueron traídos aAmérica desde territorios de habla bantú (Granda 1973: 60-1; Megenny 1979:101). 3. LOS FALSOS “AFRICANISMOS” Por otra parte, el desconocimiento del panorama lingüístico africano y la falta de una metodología adecuada para el establecimiento de las etimologías del material lingüístico estudiado, han llevado a proponer falsos “africanismos” y a equiparar los aportes léxicos de la población africana traída aAmérica con otros préstamos de lenguas africanas que ingresaron al español general por otras vías. Realmente, sorprende mucho, por ejemplo, que Enguita Utrilla (Aleza Izquierdo & Enguita Utrilla [coords.] 2010) para el español americano incluya el vocablo banana ‘planta musácea; su fruto’ como un aporte de la población africana al español de América, no porque la palabra no pueda ser derivada de una lengua africana (proviene muy probablemente del wolof banaana , que es una lengua del grupo senegambiano de la familia níger-congo), sino debido a que esta no habría ingresado al español directamente por medio de la población de esclavos negros llevados aAmérica, sino por otra vía, a través del portugués 2 . 2 Según Coromines & Pascual (1980-1991) la voz banana aparece en portugués ya en 1562, mientras que la primera documentación del término en español ocurre solo dos siglos después para referirse al fruto y banano , para la planta, en el Diccionario con las voces de ciencias y artes y sus correspondientes en las 3 lenguas francesa, latina e italiana de Esteban de Terredos y Pando concluido en 1765, pero publicado en 1786. La palabra banano , para referirse al fruto, está atestiguada por primera vez en el Diccionario geográfico-histórico de las Indias Occidentales o América de Antonio de Alcedo en 1789. Por otra parte, también es muy probable que este vocablo sea, en última instancia, un arabismo, pues vendría de bananah ‘dedos’, en referencia a su forma, para referirse metafóricamente a los miembros de una ‘mano de bananos’. Por ello, en árabe al fruto se le llama bananat al-mawz , literalmente ‘dedo de banano’, de bananat ‘dedo’ y mawz ‘banano’.
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