Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier. Volumen II

– 828 – Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier leonesa, lo señala en Zamora (Sarracín de Aliste y Lubián) y Salamanca (en la Ribera), y ya, acercándonos a Extremadura, en el Rebollar, al sur de Salamanca; pasando luego a Extremadura y Andalucía y saltando finalmente a Canarias e incluso a América. Con los datos con que contaba Llorente (1947, p. 197) hace mucho más de medio siglo, es razonable que consideraran nuevu «“joven, de poca edad”, empleado siempre en la Ribera, en vez de mozo, joven, pequeño », un lusismo. Era lo que pensaba también el autor del DECH ( s. v. nuevo ). Con los datos accesibles entonces era prudente que no pensaran en la posibilidad de que fuera esta una acepción común al portugués y al leonés, sino que se tomara cmo un préstamo de aquel a este. Desamparado Voy intentando mostrar que algunos usos occidentales peninsulares, oídos por CJC en Extremadura o en el campo de Salamanca o deducidos, incluso, de sus conocimientos del gallego y portugués, son pinceladas que le sirven para caracterizar el modo de hablar de Pascual. A este respecto es revelador que el novelista se refiera a ‟la cuadra de vacía y desamparada que la teníamos”, 1/30, en que nos damos de bruces con un empleo de desamparado ‘descuidado, desaseado’ que, como veíamos que acaecía con nuevo , trastoca las restricciones de uso en el estándar: en el caso de nuevo pasando de la referencia de las cosas a las personas y en el de desamparado , de las personas a las cosas. Para no salirme del papel de testigo, he de reconocer que en este caso pensé que el novelista acudía a una licencia para mostrar la capacidad que tenía Pascual de ampliar creativamente las posibilidades significativas que, como a todo el mundo, le brindaba la lengua. Era un camino al que podía haberlo alentado el sinónimo abandonado , que permite decir, sin ningún problema: ‟la cuadra, de vacía y abandonada que la teníamos”. Pero un día me encontré en El País (21.3.99) con que Gabriel García Márquez (he de decir que el dato del escritor colombiano refuerza lo leonés de este sentido) se refería a unas ‟tumbas [que] parecían iguales en el cementerio desamparado con una ceiba de grandes ramas en el centro”, que venía a ser lo mismo de CJC, cambiando cuadra por cementerio . Y ahora veo, leyendo las memorias del leonés Antonio Gamoneda (2020: 87), que el poeta cambia, a su vez, cuadra y cementerio por iglesia : ‟y esa desamparada iglesia”. 3. ¿CASTICISMO O VULGARISMO? Me he ido refiriendo al cuidado que pone CJC por evitar en lo posible usos que pudieran chirriar por extremos, en su intento (conseguido) de crear un leguaje propio del campo, paralelo en formalidad al que se emplea en los relatos urbanos. Un buen conocedor de la literatura realista no podía distanciarse de los modelos

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