Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier. Volumen II

– 826 – Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier Excluido el galicismo, que no tendría ningún sentido, estamos ante un uso anticuado de una voz conservado sobre todo en el campo; común en principio a los dialectos hispánicos, pero que CJC conoce a través del gallego cuyo léxico está tan relacionado con el leonés. Había empleado la voz E. Pardo Bazán como un rasgo rural de uno de sus personajes (2007, p. 109): ‟Mismo así me dijeron” ( Morriña , cuya editora cita en nota otro ejemplo de Los Pazos de Ulloa : ‟Pues señor ... viro la cabeza mismo así”) y el propio Cela se sirve de ella en Nuevas andanzas y desventuras de Lazarillo de Tormes (referencia que tomo de Seco 1987, s. v. mismo , donde se refiere a que es este un uso regional) y en una novela muy apegada a los usos gallegos, como Madera de Boj (1999): ‟que tonteó mismo entonces”. A varios amigos leoneses les he oído este empleo de mismo , que resulta explicable también en un escritor porteño: ‟Yo vengo del dotor y voy en casa, / donde me espera mi gentil esposa, / mismo como una rosa” ( apud Capdevila 1967: 162). Alterna mismo con mismamente : ‟mismamente parecía una reina”, 8/83; ‟Parecía mismamente la cama de un rey”, 8/86; ‟la criatura que era mismamente un sol”, 11/109. Nos movemos en esa zona problemática en la que los gustos (es decir, los prejuicios) del hablante condicionan la valoración que hace del empleo de una palabra. Mismamente la caracterizaba el diccionario académico, por la época en que CJC escribía su novela, como una voz familiar (caracterización cambiada hoy por coloquial ), de lo que disentía M. Seco (1987, s. v. mismamente ): ‟aunque en el Diccionario de la Academia figura este adverbio como familiar, su uso es de nivel popular [que en esta obra equivale a vulgar ]. Adecuadamente lo pone Galdós en boca de un hombre inculto: «Tráteme la señora mismamente como a un chiquillo» (Torquemada, II, 25)”. Si no me voy equivocando en mi apreciación del tipo de lengua que CJC busca construir para Pascual, no estaría en este caso en el bando de Galdós y Seco y sí en el de Sánchez Lobato (1978, p. 110), que lo considera un ‟recurso estilístico del habla coloquial”. La raya Pascual se dirige en una ocasión ‟hacia la raya de Portugal”, 1/32, con lo que, al expresarlo así, hace una elección léxica muy escorada –dicho en sentido figurado– hacia el occidente peninsular. Dejo de lado el gallego y portugués, que le proporcionaban a CJC la voz raia para ‘frontera’ y me dirijo al diccionario académico donde aparece con ese mismo sentido. Sin embargo son muchos los hablantes españoles que no la han oído emplear y muchos más los que no la emplean. Echar mano de raya ‘frontera’ es aún hoy día propio de hablantes de estos territorios de base leonesa por los que me estoy moviendo. De niño –sobre todo en el pueblo– oía a gente que se refería a la distancia que los separaba de la raya, es decir de la frontera con Portugal. Por eso un joven profesor que, habiendo llegado a Salamanca cuando yo empezaba a enseñar en la Universidad

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