Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier. Volumen II

– 783 – Argumentación en la pacificación de las relaciones sociales • Cristián J. Noemi Padilla resolución de conflictos sociales constituye por tanto uno de los grandes desafíos éticos a los que deben abocarse las ciencias sociales en este contexto, a fin de contribuir al establecimiento de una sociedad más armónica, justa y solidaria. A partir de la descripción de los principales esquemas argumentativos, estructuras sintácticas formales y preferencias semánticas expresadas en términos de tipos de argumentos, el trabajo ha develado, de manera parcial y en forma inicial, el grado de robustez en que se encuentra aquella facultad específica que ha desarrollado la especie humana para resolver conflictos de opinión, en una muestra representativa de la estructura social del país. En lo que respecta al primer grupo analizado, GE1, en términos generales, se pudo advertir la ausencia de un proceso de maduración psicosocial importante asociado a desarrollo curricular que permita comprobar robustecimiento de la facultad lingüística orientada a resolver conflictos de opinión en aquellos niños cuyas edades coinciden con el período de formación escolar básica estándar. Al observar el comportamiento del segundo grupo etario analizado, GE2, resulta posible comprobar una suerte de maduración de la facultad psicosocial, asociada a progreso curricular, toda vez que los marcos primarios se van expandiendo hacia otros de mayor compromiso cognitivo a medida que los individuos progresan curricularmente, al punto de observarse una distribución más homogénea, hacia el término de la formación superior. Si bien explicable en atención a pautas habituales de socialización y roles sociales involucrados, por otra parte, los sesgos observados en la selección de esquemas entre géneros asociados al GE2 resultan teóricamente un obstáculo a la hora de concordar puntos de vista y resolver conflictos de parecer y, en consecuencia, develan un grado medio de robustez de la capacidad para resolver conflictos de opinión. El tercer grupo etario estudiado, GE3, resulta ser el más homogéneo en términos de amplitud de esquemas utilizados y, en consecuencia, teóricamente el grupo más robusto a la hora de desplazarse libremente entre los marcos inferenciales, a fin de generar discurso intersubjetivo orientado a la resolución de conflictos (Santibáñez 2016). En cuanto módulo cognitivo específico, esta capacidad parece encontrarse plena en este grupo, pero en riesgo de perderse abruptamente, por razones aquí no exploradas. En términos generales, y en atención a los abundantes datos provenientes de los trabajos de la psicología del desarrollo comparada (Hample 2016), es posible señalar que, aparentemente, la competencia psicosocial de los grupos etarios estudiados se encuentra algo desfasada, en el sentido de que se desarrolla más bien tardíamente hacia el término de los estudios superiores y encuentra su máxima expresión en la adultez mayor temprana. En términos generales, se observa que la facultad específica para resolver conflictos de opinión en la muestra total es poco robusta, en el sentido de que está fuertemente determinada por variables que impiden transitar libremente por las posibilidades que ofrece el sistema.

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