Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier. Volumen II
– 718 – Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier (i.e. la caligrafía y la ortografía), sino también de producir textos extensos y de calidad” (Gil y Jiménez 2019: 2013). Para producir textos de calidad se requiere de una serie de factores, entre los que destacan: la riqueza léxica, la madurez sintáctica, los esquemas de cohesión y la coherencia discursiva” (López-Morales 2011: 15). Según los estudios de Sánchez, V., Borzone, A., Diuk, B. (2007) hay una relación bidireccional entre la trascripción y la producción de textos. Por consiguiente, en el aprendizaje de la escritura debe desarrollar varios aspectos, entre ellos: conciencia fonológica, vocabulario, transcripción, ortografía, producción de textos coherentes y cohesionados. A continuación se explican algunos de ellos. La conciencia fonológica es “la habilidad de escuchar, identificar y manipular los sonidos del lenguaje oral” (Camargo, G., Montenegro, R. Maldonado, S. y Magzul, J. 2013:52). La conciencia fonológica es un predictor importante de la escritura como se ha demostrado en varios estudios. El estudio longitudinal conducido por Bradley y Bryant (1983) mostró que los niños de preescolar que habían realizado ejercitación en categorización de sonidos, tres años más tarde tenían un desempeño en lectura y escritura superior al de los niños que no habían realizado tal ejercitación. Más aún, los niños que hicieron ejercitación en categorización de sonidos y letras tuvieron un desempeño en escritura significativamente superior al de aquellos que solo habían realizado ejercitación en categorización de sonidos (Signori & Borzone 1996:80). Por otra parte, la transcripción, según Gil y Jiménez, “es un proceso que permite al escritor traducir el lenguaje interno, a través de la memoria de trabajo, en símbolos escritos externos para expresar ideas en el lenguaje escrito” (Berninger 1999; Graham et al. 1997) (2019: 209). Para desarrollar la transcripción se requiere también de la aplicación de la ortografía y esta tiene un papel relevante en la escritura, por eso, según lo señalan Gil y Jiménez, los estudiantes “deben aprender, con anterioridad, las reglas de conversión fonema-grafema” (2019:211). En cuanto al vocabulario, este puede ser receptivo y expresivo (Santiago 2005). El primero es usado al escuchar y leer; el expresivo, para escribir y hablar. El vocabulario también es empleado para construir oraciones y frases; al redactarlas, los estudiantes deben considerar las reglas y estructuras gramaticales que sirven para darle sentido a lo escrito. Esto significa que debe tomar en consideración el orden de las palabras para que se conviertan en frases y oraciones. La lingüística aporta los resultados de estudios e investigaciones al diseño curricular, la planificación de la enseñanza o la evaluación en aula o estandarizada de la conciencia fonológica, ortografía, transcripción, vocabulario y redacción de oraciones cada vez más complejas. A continuación se presentan algunos de sus contribuciones.
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