Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier. Volumen II

– 707 – Del latín naufragare al romance nafregar : los avatares… • Miguel Metzeltin verbos románicos de naufragare . Los redactores del Léxico hispánico primitivo (LHP: s.v. nafregare ) resumen las varias propuestas etimológicas, abogan por naufragare como étimo y agrupan numerosos ejemplos de los siglos X-XIII desde Navarra hasta Portugal, pasando de lo general a lo particular, bajos los significados ‘destruir, asolar’, ‘estropear, echar a perder, ensuciar’, ‘malograr, dejar perder’, ‘herir o dañar’ y ‘dañarse o matarse’ (hablando de caballerías). Pero todos descuidan la evolución tardolatina y protorrománica del lexema lat. naufragare como tal, a pesar de que el diccionario de Du Cange, con sus ejemplos y sus referencias textuales, ya presentaba (GMIL: s.v. naufragium ) las pistas esenciales: extensión de significado (‘perderse una embarcación’ > ‘echar a perder, arruinar’), difusión geográfica (los dominios merovingios / carolingios, longobardos y visigodos), autores (clérigos y notarios) y uso discursivo (textos legales: concilios, leyes, capitulares, fueros, testamentos). 3. LA EVOLUCIÓN DE TARDOLATINA NAUFRAGARE De las palabras clásicas relinquere / deserere / desolare ‘abandonar’ y delere / destruere ‘destruir’ solo la última ha dejado rastros más o menos populares. Para la idea de ‘dejar tras de sí’, en todas las lenguas románicas excepto el rumano se ha impuesto muy pronto el galicismo directo o indirecto fr. abandonner (< * a ban doner ‘dejar en poder de alguien’, Bloch von Wartburg 1968: sv.). Dada la omnipresencia románica de los tipos <abandonner> y <destruere>, las glosas tan diferentes de nuestro glosador llevan a pensar en una palabra de un ámbito terminológico más especial. Ya en latín, la palabra naufragium podía significar no solo ‘pérdida de una embarcación en el mar’, sino también en sentido menos específico una pérdida más general, un desarreglo, una ruina, una destrucción, concreta o abstracta. Cicerón escribe sobre naufragium patrimonii luculentissimi , rei familiaris y rei publicae (Georges 2003: s.v.). SanAgustín utiliza la palabra en sentido religioso (“Qui sacrato hujus indigne participat accubutui, non cum Petro perveniet salutis ad portum, sed sustinebit cum Juda sine reparatione naufragium”, “Omni sollicitudine naufragium declinantes, teneamus fidei nostrae solida et stabilita vestigia”, “naufragium castitatis”; Agustín 1842: passim). Los juristas romanos consideran equivalentes los daños provocados por tumultos, incendios, ruinas o naufragios (“neque tumultus neque incendii neque ruinae neque naufragii causa”, Digesta XVI, 3, 1, 1; “si naufragio vel ruina vel adgressu vel quo alio modo simul cum patre perierit”, ib. XXXVI, 1, 18, 7). En el libro V de su Historia de los francos , Gregorio de Tours exclama: “Quae grande de pecoribus excidium, de culturis detrimentum, de aedificiis fecere naufragium”. (Gregorius Turonensis, Historia francorum , V, cap. 33; in: PL 71, 0349ª; naufragium significa aquí claramente ‘ruina’)

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