Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier. Volumen II

– 697 – De la semántica nicaragüense • Róger Matus Lazo 3. PROCESO DE CREACIÓN Y FORMACIÓN DE NUEVAS PALABRAS Toda lengua –como se sabe– experimenta un proceso de continuos cambios, particularmente con la creación de nuevas palabras, la desaparición de otras, las modificaciones de la escritura, las variaciones de estilo y hasta el surgimiento de modas en la manera de escribir. Y si esto ocurre, sea por caso, en el español supranacional, con mayor razón y fundamento en las variantes regionales de esa lengua, en las que adquiere vida propia con cada uno de sus hablantes y sus variados recursos y posibilidades de enriquecimiento. El proceso de formación de nuevas palabras se denomina neología, que cuenta con expedientes lingüísticos diversos. Aquí nos vamos a referir en forma condensada a la creación directa por onomatopeya, a la creación indirecta (por sufijación) y al recurso semántico-estilístico. 3.a. Creación directa u onomatopeya En el habla nicaragüense abundan los ejemplos. Así, por asociación fonética con chumbulum (‘caída en una poza´), los pescadores de ciertas zonas de Chontales llaman chumbuluna a una sardina que se mantiene a flor de agua y con el menor ruido da un salto y se zambulle, produciendo un ruido característico (Matus 2001: 7): “Chumbulún. Los niños se sumergen con anteojos de marcos verdes, calzonetas fluorescentes…” (Ocón 2006: 25). Muchas aves tienen nombres onomatopéyicos, como el guas : “El nombre guas es onomatopéyico; es la forma con que inicia su cantido” (Robleto 1999: 131). También el pijul : “Y en los arbustos de las cercas los útiles pijules o tincos, ya sean de los negros o también de los de relucientes color azul marino” (Vogl 2006: 56). Y el pocoyo : Y el canto del pájaro-león entre los coyotes/ y el del pájaro de-la-luna-y-el- sol/ y el pájaro clarinero, el pájaro/ relojero que da la hora/ y el pocoyo que canta de noche (o caballero) (Cardenal 1983: 49). O el nombre de una afección pulmonar, como la chifladora , cuya respiración intensa y fatigosa imita el sonido del silbato: Tiene una tos que casi se ahoga, pero para decir que es chifladora , pues no, porque no es tan chirris (Ramírez Fajardo 1993: 89). El juco consiste en un jícaro bien grande con su boca forrada con un pellejo que lo sacan del bazo del ganado vacuno, y un palito de chumultaco (‘planta silvestre’) embadurnado de cera, que lo atraviesa por el centro. El ejecutante empuja el palito al compás de la música, y se produce un sonido grave y quisquilloso, así: juuucooo, juuucooo (Peña Hernández 1968: 59).

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