Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier. Volumen II
– 608 – Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier 2. CAPTAR LA HONRA EN LAS SIETE PARTIDAS Según María Bjerg (2019: 12), captar el significado de emociones en la diacronía queda una tarea difícil para la investigación histórica, sobre todo, por el fenómeno de la colexificación y el largo espectro semántico que puede comprender un solo lexema: la tarea es más compleja: el historiador debe tener presente que revelar el contexto semántico de amor, miedo o ira implica ser capaz de desplegar los múltiples matices de significado de esas palabras, porque un mismo vocablo puede designar experiencias afectivas distintas en contextos históricos o socioculturales diferentes ( ibid . 12). A pesar de que esta complejidad semántica se refiere ante todo a la emoción (auténtica), tampoco es más simple la investigación de la norma emocional prescrita. En una investigación lingüística siempre hay que respetar las dos dimensiones de la lengua. Completando una perspectiva semasiológica con la otra, onomasiológica, promete una visión más completa del hecho lingüístico. En nuestro análisis hemos, por lo tanto, respetado las dos perspectivas. Además, en el análisis no conceptualizamos el fenómeno en “casillas” de protónimos (sinónimos) y antónimos, sino como un espectro de matices semánticos, lo que nos ayuda a ver, a la vez, la honra y la deshonra con todas sus graduaciones. Aunque el concepto de la honra en las SP se ve inducido por una serie de clases de palabras, hasta por el de la vergüenza (Lindenbauer/Metzeltin 2018: 19-31), nos fijamos aquí sobre todo en los sustantivos. Algunos de los lexemas, sean sinónimos o antónimos, que expresan un matiz de ‘honra’, son, en orden alfabético, dignidad, en cierto sentido también fidalguia , firmedumbre, honor, honrra (siempre con erre doble) , nombradía , tuerto y vergüenza . Repetidas veces, la ( des ) honra se menciona en uso “sintagmático” con la herida y la muerte de individuos, clases, pues, así lo sugiere el Código, de violación reemplazables jurídicamente. Podemos documentar este uso, de modo ejemplar, con un pasaje que fija especial atención en la seguridad de los estudiantes: Non les [a los escolares] deuen fazer deshonrra, nin tuerto, nin fuerça. E por ende mandamos, que los maestros, e los escolares, e sus mensajeros, e todas sus cosas sean seguras, e atreguadas, en viniendo a las escuelas, e estando en ellas, e yendo a sus tierras. E esta segurança les otorgamos, por todos los logares, de nuestro señorio. E qualquier que contra esto fiziere, tomandole por fuerça, o robandole, lo suyo, deue gelo pechar quatro doblado e si lo firiere, o deshonrrare, o matare, deue ser escarmentado cruelmente, como ome, que quebranta nuestra tregua, e nuestra segurança (López: 2.31.2). Sin embargo, para que no pensemos que los estudiantes eran los únicos maltratados de la época, debemos ver en continuación el texto de nuestro Código. Otra ley, a su vez, trata de los riesgos que emanan de los estudiantes, por lo que se prevé
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