Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier. Volumen II

– 1056 – Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier perfección física sobre los hombres” (Feijoo 1998: §III)–. Estas ideas en favor del género femenino tendrán sus representantes desde el siglo XV –Álvaro de Luna, Diego de Valera o Fray Martín de Córdoba, entre otros 17 –; a ellos se unirá en el primer cuarto del siglo XVIII el Padre Feijoo con su ‟Defensa de las mujeres” (1726), a la que se ha otorgado un carácter sumamente iconoclasta, en la línea de la ruptura que a este respecto se pensó que representaba el siglo XVIII. Sin embargo, según se ha señalado más arriba, ni esta centuria supuso un cambio radical en la concepción femenina ni Feijoo, en su ortodoxia católica, exhibió una postura ajena a su época. El benedictino se limitó a consignar el comienzo de una concepción hacia la mujer que se iría abriendo paso durante el siglo XVIII, que no es otra que reconocer en ella la capacidad para escapar del ámbito de la vida doméstica y salir a la vida pública, en la que podrá desempeñar funciones de gobierno similares a las del hombre (Garriga Espino 2012). Progresivamente, pues, durante el Setecientos irá perdiendo fuerza la imagen de la mujer de inteligencia muy inferior al sexo masculino, incapaz de disertar sobre otra cosa que no sean banalidades –‟Y lo primero, aquellos que ponen tan abajo el entendimiento de las mujeres, que casi le dejan en puro instinto, son indignos de admitirse a la disputa. Tales son los que asienta, que a lo más que puede subir la capacidad de una mujer, es a gobernar un gallinero”, (Feijoo 1998: §IX)–; será cada vez más notorio el protagonismo femenino en la vida social, principalmente en los salones en los que se cultivaba el arte de la conversación (Revel 1995 y Rouvillois 2008). Se inauguraba de este modo un nuevo ideal de civilidad, en el que la sociabilidad era entendida como signo de distinción (Elias 2009 y Cruz 1996); es en este punto, en la importancia concedida a la virtud social, donde las mujeres estaban llamadas a desempeñar un papel fundamental, que, si bien afectaba sobre todo a las élites aristocráticas, alcanzó asimismo a las clases medias, tanto en el espacio público como en la vida privada (Cruz 1996: 139). 2. EL DICCIONARIO DE AUTORIDADES EN EL CONTEXTO DEL SIGLO ILUSTRADO En este mismo contexto, cuando parecen atisbarse ciertos indicios de liberalidad femenina, en el que el Padre Feijoo redacta su “Defensa sobre las mujeres”, y aun con coincidencia de año en su primer volumen, se publica la primera obra 17 Para las fuentes primarias medievales y renacentistas, ver Sánchez Dueñas (2008: 112- 113, nota 24) y Archer (2001). No debe olvidarse a este respecto el reflejo de la concepción negativa de la mujer en el imaginario popular a través del refranero español; sobre este tema, ver, por ejemplo, Torres (1989) y Azorín (2019: 22-31).

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