Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier. Volumen II

– 1042 – Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier (i) se relaciona el evento en cuestión con una serie de (posibles) eventos anteriores que, si no se describen explícitamente, se presuponen, y (ii) se expresa que de alguna manera el evento en cuestión no concuerda con lo que se concibe como normal o deseable (Olbertz 2007: 387). En el caso de llegar a + infinitivo, el evento excedería las expectativas, de ahí: culminativo; en las perífrasis con acabar y terminar , se agregaría a esto que cierran un proceso, por ello, serían conclusivas. La condición (i) se da claramente en las construcciones con pasar a + infinitivo del español general, como se advierte al compararla con la definición que da García Fernández (2006), a la que ya hemos hecho referencia. Según este autor, la perífrasis verbal “expresa que el evento 7 [situación] denotado por la forma verbal de infinitivo se sitúa a continuación de otro u otros eventos [situaciones] a los que en el discurso puede hacerse o no referencia explícita” (209). En (1), por ejemplo, junto con informarse que los manuscritos pertenecían a otras bibliotecas, se nos da a entender que antes habían sido otros los propietarios. La segunda condición no parece tan clara. En el siguiente ejemplo, es difícil pensar que el evento sea no deseado. Con todo, la noción de normalidad, en el sentido de lo habitual, parece apropiada y la construcción releva la novedad de la situación actual y su contraste con la anterior. 33. Las organizaciones que décadas atrás surgieron del entorno católico, pasan a adoptar planteamientos preeminentemente humanitarios (García Fernández 2006: 210). Como también señala García Fernández “la perífrasis puede bastar por sí sola para marcar la sucesión entre eventos” (211). El siguiente ejemplo ilustra este caso: 34. En la madrugada del pasado miércoles, Finlandia, Suecia yAustria pasaron a formar parte de la Unión tras una maratoniana sesión negociadora (García Fernández 2006: 211). Oraciones como (34) y las en estudio son similares: en ambas se releva el contraste entre dos situaciones: la que designa la oración y la presupuesta. Como ya hemos sugerido, es posible que oraciones como (34) se asociaran frecuentemente a situaciones de acceso a una información contraria a las expectativas y, eventualmente, a casos en que el hablante se sorprende por el cambio. Una evolución de este tipo se ajusta al proceso de subjetivización descrito, con ligeras diferencias, por Langacker (2000) y Traugott (1989, 1995), en virtud del cual “significados basados en propiedades externas u objetivas pasan a descansar en propiedades adscritas interna o subjetivamente por el hablante, sean estas de naturaleza evaluativa, perceptiva o cognitiva” (Hasler, 7 Evito el uso de evento , que, de acuerdo con la mayor parte de la bibliografía, considero que se restringe a las situaciones dinámicas.

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