Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier. Volumen I

– 96 – Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier Julio Saavedra Molina fue el primero en identificar el recuerdo de Isabel Swan Darío dentro de “Mi tía Rosa” 63 . 8. “LA NINFA”: UNA ERÓTICA DEL DETALLE “La ninfa” –subtitulado “cuento parisiense”– se sustenta en tres autores galos: Maizeroy, Silvestre y Mendès, “con el aditamento de que el medio, el argumento, los detalles, el tono, son la vida de París, de la literatura de París” 64 . El nombre del personaje femenino es Lesbia, el mismo del primer cuento del libro –titulado igualmente– de Catulle Mendès (París, Maurice Brunhoff, 1896), por cierto traducido por el dariano nicaragüense Ricardo Llopesa 65 . Ella, actriz caprichosa y endiablada , acaba de adquirir un castillo. Allí tiene lugar una tertulia de seis personas: cinco artistas y un fastuoso sabio obeso . Todos conversan sobre las últimas tendencias del arte. La estética del detalle no se hace esperar: Presidia nuestra Aspasia, quien a la sazón se entretenía en chupar, como una niña golosa, un terrón de azúcar húmedo, blanco entre las yemas sonrosadas, era la hora del chartreuse. Se veía en los cristales de la mesa como una disolución de piedras preciosas, y la luz de los candelabros de descomponía en las copas medio vacías, donde quedaba algo de la púrpura del borgoña, del oro hirviente de la champaña, de las líquidas esmeraldas de la menta . Se conversa sobre la existencia o inexistencia de criaturas mitológicas. El sabio obeso monsieur Cocureau impone su autoridad. A otro de los asistentes, un poeta lírico (alter ego del autor) se le ocurre dudar de la existencia de las ninfas; Lesbia, quemándose con sus ojos de faunesa, le responde: con voz callada para que solo él la oyera ¡las ninfas existen, tú las verás! Al día siguiente, la dueña del castillo se le aparece desnuda en uno de los jardines del castillo. Ya el poeta ha visto una ninfa, pero esta desaparece corriendo más allá de los tupidos arbolares, y dejando al poeta como fauno burlado . Aunque esta burla es obvia, no debe olvidarse que Darío mismo creería un día que había visto una ninfa: en la visita que realizó en 1911 a una aristocrática dama de Hamburgo, acompañado de Fabio Fiallo, poeta y diplomático dominicano 66 . 63 Rubén Darío: Poesías y prosas raras . Compiladas y anotadas por Julio Saavedra Molina. Santiago, Prensas de la Universidad de Chile, 1938, p. 92. 64 Rubén Darío: Historia de mis libros . Edición de Fidel Coloma (1988), op. cit., p. 44. 65 Catulle Mendès: Lesbia . Edición, traducción y prólogo de Ricardo Llopesa. Valencia, Instituto de Estudios Modernistas, 1995. (La Torre de Papel / Narrativa, v. 6). 66 Fabio Fiallo: “El alma candorosa de Rubén”, en Emilio Rodríguez Demorizi: Rubén Darío y sus amigos dominicanos (Bogotá, Ediciones Espiral, 1948, pp. 109-113); y Enrique Anderson Imbert: “Rubén Darío and the Fantastic Element in Literature”, Rubén Darío/

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