Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier. Volumen I
– 91 – Rubén Darío: el cuentista renovador de Azul ... • Jorge Eduardo Arellano conocimiento, te enjugaba sudores y lágrimas y te hacía ver con tu alma de excepción, tu sangre imperial, tu signo de príncipe de la gloria” 52 . 5. “EL PALACIO DEL SOL”: FANTASÍA VS. CIENCIA En “El palacio del sol”, emparentado al anterior, interviene otra buena hada para resolver una situación problemática: la enfermedad de Berta, quinceañera de ojos verdes ( color de aceituna ), sumida en tristeza profunda. La madre, prodigándole regalos, no puede alegrarla. Llama al médico para asistirla, sin resultado alguno. Incluso, pálida como un precioso marfil, Berta llega un día a las puertas de la muerte. Todos lloraban por ella en el palacio, y la sana y sentimental mamá hubo de pensar en las palmas blancas del ataúd de las doncellas […] Entonces, una pequeña hada, mientras Berta baja al jardín para admirar y cortar flores, la conduce en su carro áureo y diminuto hacia el palacio del sol (que deja en los cuerpos y en las almas años de fuego ), donde la cura. Berta se divierte: siente que sus pulmones se llenan de aire de campo y mar , escucha músicas embriagantes y baila un vals con un hermoso compañero de mirada primaveral junto a otras tantas anémicas, arrojadas en brazos de jóvenes vigorosos y esbeltos, cuyos bozos de oro y finos cabellos brillaban a la luz . El hada comprende que la tristeza de Berta era provocada por la rigidez con que la mantenían en su casa, y que solo necesitaba un poco de diversión. Y entonces ella sintió que su cuerpo y su alma se llenaban de sol, de efluvios poderosos y de vida . Como nadie se entera del hecho mágico, todos creen que el tratamiento del médico la había curado. Y no la buena hada de los sueños de los adolescentes . La familia se muestra ciega a otra realidad posible: la presentada por el narrador. Todo el crédito se lo lleva el médico. Una estudiosa estadounidense anota que, si bien en este cuento la ciencia es objeto de crítica, “contribuye a reforzar el poder del discurso dominante positivista” 53 . Por ello la familia de Berta, al desconocer la causa fantástica de su cura, elogia al médico y su tratamiento: ¡Hosanna al rey de los Esculapios! ¡Fama eterna a los glóbulos de ácido arsenioso y a las duchas triunfales! Un profesor argentino resume esta pieza: “Ideal y ensueño enfrentan los convencionalismos de la madre y del médico burgueses” 54 . Yotro dariano español 52 Rubén Darío: “Films habaneros / III: El poeta Julián del Casal”, en Escritos dispersos de Rubén Darío […] Tomo I. La Plata, Universidad Nacional de La Plata, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, 1968, p. 169. 53 Cathy L. Jrade: “La respuesta dariana a la hegemonía científica”, en Crítica Hispánica / Homenaje a Rubén Darío. Duquesne University, vol. XXVIII, núm. 2, 2005, p. 171. 54 Iber H. Verdugo: “Estudio preliminar”, en Rubén Darío: Cuentos (Selección). Buenos Aires, Kapelusz, 1971, p. 25.
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