Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier. Volumen I

– 80 – Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier captar esa situación en la que el oro se transformaba en la piedra de toque de toda amistad , como afirmara en “La canción del oro”. Y no solo eso. El oro definía –como lo observa Rama– el discurso ideológico de la mentalidad modernizada que lo ensalza 21 . Esto explica, en dicha pieza, el extraordinario encomio del oro (en un himno, mezcla de gemido, ditirambo y carcajada ) con una mínima estructura narrativa y un previo escenario teatral. Pero, como el autor pugna por alcanzar ese oro urbano y no lo obtiene, ya que le resulta difícil insertarse en la estructura económica de la emergente sociedad burguesa, lo vitupera. ¿Cómo? Enmarcando dicho himno o canto en la boca del mismo protagonista de faz con aire dantesco . Elogio y vituperio articulado en esta pieza narrativa “que renueva, con incontenible sinceridad, el tema, casi siempre irónico e intencionado, del encomio o la desestimación del oro y sus poseedores” 22 . De ahí la identificación del autor con el harapiento, por las trazas un mendigo, tal vez un peregrino, quizás un poeta de “La canción del oro”: letanía amarga e inventario de todas las riquezas abarcadas por ...la visión de todos los mendigos, de todos los suicidios, de todos los borrachos, del harapo y de la llaga, de todos los que viven, ¡Dios mío!, en perpetua noche, tanteando la sombra, cayendo al abismo, por no tener un mendrugo para llevar al estómago ; con el harapiento que, antes de marcharse por la terrible sombra , entrega su último mendrugo de pan petrificado a una anciana limosnera. Un crítico nicaragüense señala que “La canción del oro” –uno de los baluartes del Ideal con otros cuentos de Azul… – “recoge los clamores de la más temible ofensiva contra los resguardados enemigos, concentrados en la prosaica realidad circundante o canalla codiciosa” 23 . Pero en “La canción del oro”, Darío se apropia del oro como valor moderno de la sociedad burguesa y simultáneamente, en su dualidad vital, lo condena con sarcasmo; mas –como afirma Diana Sorensen Goodrich– en su prosa jamás se había visto un lujo tal de adjetivación y una riqueza verbal tan millonaria 24 . Admira el refinamiento y los valores objetivos de esa riqueza ( Cantemos el oro, porque nos hace gentiles, educados y pulcros ) incorporada a su cuento. Sin embargo, también refleja la indiferencia y hostilidad del mundo burgués modernismo (Circunstancia socioeconómica de un arte americano) . Caracas, Universal Central de Venezuela, 1970, p. 87. 21 Ángel Rama: Las máscaras democráticas del modernismo . Montevideo, Arca, Fundación Ángel Rama, 1985, p. 143. 22 Arturo Marasso: Rubén Darío y su creación poética. Edición definitiva. Buenos Aires, Editorial Kapeluz, 1954, p. 359. 23 José Emilio Balladares: “Introducción”, en Rubén Darío: Cuentos . San José, C.R., Asociación Libro Libre, 1986, pp. 14-15. 24 Citada por PabloAntonio Cuadra en un texto complementario de su ensayo “El espectro del cisne”. Revista del Pensamiento Centroamericano , núm. 198, enero-marzo, 1988, p. 37.

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