Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier. Volumen I

– 567 – Lexicografía y divulgación lingüística • Humberto Hernández insustituible instrumento de comunicación sino como patrimonio cultural que nos une e identifica como miembros de una misma comunidad. De ahí que de entre las ciencias sociales o humanas, sea la Lengua la que, según parece, crea más demanda de información específica, interés que está patente en los diferentes espacios que todos los medios de comunicación dedican a la divulgación lingüística. Hoy podríamos hablar de divulgación lingüística en todos los medios de comunicación, aunque es en los medios impresos donde presenta una forma más identificable. Así, por ejemplo, aparece esporádicamente, por medio de la noticia, que divulga entre los lectores o la audiencia cuestiones lingüísticas de cierta importancia; también, por medio de entrevistas a alguna personalidad de relevancia –investigador o académico– puede difundirse información lingüística de interés; los reportajes que se elaboran con motivo de celebraciones o acontecimiento relacionados con el mundo del idioma favorecen esta labor de promoción de actitudes positivas ante la lengua. Sin embargo, la manera más eficaz de una labor de divulgación en este sentido es la que proporciona la periodicidad del artículo de divulgación. Pero variados son también los tipos de artículos periodísticos de tema lingüístico, que podríamos encuadrarlos en tres grandes grupos: a) Artículos que no tienen la finalidad de transmitir contenidos lingüísticos, sino la de hacer reflexionar al lector sobre algunas cuestiones relacionadas con la Lengua. Los que denominaremos “Comentarios lingüísticos periodísticos”, cuyos autores suelen ser periodistas o colaboradores habituales de los medios, no tienen una periodicidad establecida y tratan de cuestiones muy genéricas. (Hay ejemplos de este tipo de artículos de Juan José Millás, Manuel Vicent, Félix de Azúa…). b) Los comentarios lingüísticos, algo más especializados, de los Defensores del Lector, unas veces tratados por propia iniciativa de sus responsables y otras respondiendo a distintas cuestiones planteadas por los lectores. Encontramos ejemplos de esta modalidad en El País (con muchísima frecuencia en la etapa de MalénAznárez [2003-2004] 3 ). También hay páginas relacionadas con la lengua de Joseph M. Casasús, Defensor de La Vanguardia hasta julio de 2005, y de Carles Esteban, a partir de septiembre de ese año. Xoán Salgado, defensor del Lector de El Correo Gallego , es autor de algunos con esta específica temática. 3 El 23 de enero de 2005 publicaba su artículo “Despedida” en el que escribía lo siguiente: “En estos dos años, he de confesarlo, me he enfrentado al periódico de una forma nueva. He llegado a comprender muy bien la indignación de los lectores ante las reiteradas faltas de ortografía –el gran fracaso según todos los Defensores, según Jesús de la Serna, el segundo ombudsman que tuvo este periódico— y los fallos, de todo tipo, que tantas veces los periodistas minimizamos”.

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